La cantidad de bacterias y hongos por centímetro cuadrado que se encuentran en un teclado de uso diario puede superar las que aparecen en el asiento de un inodoro. Este estudio demuestra que puede ser mucho más peligroso el contacto con un teclado de lo que imaginábamos.

Riesgos de los teclados y sus bacterias

En algunos teclados de computadora, hay más gérmenes que en el asiento del inodoro doméstico y no se trata solo de patógenos inofensivos. Por lo tanto, la limpieza regular del teclado y el mouse de la computadora es muy recomendable.

Recientes estudios realizados por el laboratorio de origen sueco Pegasus Lab indican que el teclado de una computadora resultó guardar microorganismos y estar infectado con una cantidad de 33 mil bacterias por centímetro cuadrado. Esta cantidad de bacterias supera en más de 260 veces la de las bacterias encontradas en el asiento de un inodoro de uso normal, ya que esta cifra ni siquiera alcanzó las 130 bacterias por centímetro cuadrado.

El mismo estudio realizado por esta firma europea que se dedica al área de análisis químicos y de agentes alérgenos en ambientes interiores, destacó también la gran cantidad de hongos que se pueden alojar entre las teclas de tu computadora.

Sin contar las bacterias, el número de hongos encontrados durante el estudio alcanzó la cifra de 3 mil 100 organismos también por centímetro cuadrado.

Teclados sin limpiar

Durante los estudios, algunos teclados habían superado con creces el nivel de advertencia de estafilococos y otros teclados tenían 150 veces más gérmenes que los permitidos. Se estima que algunos de los teclados están cinco veces más contaminado con bacterias que un asiento de inodoro, lo que presenta un mayor riesgo de intoxicación alimentaria, malestar estomacal o diarrea.

La mayor fuente de suciedad y bacterias en los teclados son las comidas que se toman directamente desde el escritorio sobre el teclado. Las sobras restantes favorecen el crecimiento de gérmenes.

Recomendaciones: 

Si tu teclado es de uso personal recuerda limpiarlo al menos una vez al mes o después de pasar por una racha de enfermedad… y si es de uso público fíjate bien dónde lo usas porque puede ser igual de riesgoso para adquirir hongos o enfermedades que ir a una alberca o baño público.

 

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