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¿Te preguntas si quedarte o irte?… no es necesario, ya tienes la respuesta

¿Te quedarás o te irás? Siempre que necesites hacerte esta pregunta, asegúrate de hacértela solo a ti mismo. Seguramente sabes la respuesta, la respuesta es siempre una. Seguro y firme. Porque desde el momento en que te pones este dilema, ya te has ido y lo sabes.

Ya te has alejado de algo que está acabado, de algo que se ha gastado, de algo que ya no tiene nada que darte. Ya sea una relación, un noviazgo, o incluso un trabajo.

Cuando nos preguntamos si nos quedamos o nos vamos, ya nos hemos ido, ya hemos pasado página. La respuesta es de ida y sin retorno. Todo lo que acaba naturalmente nos duele.

Muchas veces no queremos ni admitirlo. Porque hemos invertido en ello emoción, tiempo, energía. Muchas veces es nuestro propio sentimiento lo que nos asusta. Porque todo lo que termina y nos haga sentir una separación, es una pérdida, un pequeño luto.

¿Te quedarás o te irás?

¿Vas a seguir obsesionado con algo que te desgasta, algo que te quita energía, algo que no te hace avanzar? Lo que termina, termina. Los círculos están destinados a cerrarse y lo viejo debe irse para dar paso a lo nuevo.

Saldrás para ir más lejos. Saldrás para extender tus alas. Te irás porque esa es la única forma en que te mantendrás con vida y evolucionarás como persona.

Huir no siempre es cobardía

Muchas veces, esta simple elección es un gran acto de poder. Poder para la decisión y para el desarrollo de una nueva historia. Quien se va significa que está cambiando de rumbo. Significa honestidad principalmente hacia uno mismo y luego también hacia los demás. La paciencia y la constancia son ciertamente virtudes, siempre que tengan una razón de ser.

Solo asegúrate de mantener la puerta abierta para ti y para quienes te rodean. Es como una moneda, que cuando la lanzas al aire siempre sabes la respuesta de antemano o en el fondo la deseas.

La forma en que responderás a esta pregunta quizás no esté en las palabras, sino en las acciones que optes por tomar.

 

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