¿Sabías que 7 de cada 10 personas sufren el síndrome del impostor? Lo cierto es que se trata de un trastorno psicológico que es mucho más común de lo que parece.

De hecho, si tiendes a no reconocer tus propios logros, o bien a desmerecer el empeño y el esfuerzo que has puesto en ellos bajo la creencia de que no los mereces y los atribuyes a golpes de suerte, es muy probable que lo estés padeciendo.

¿Quieres saber qué es exactamente el síndrome del impostor, cuáles son sus posibles causas y los tipos de comportamientos que existen y cómo puedes aprender a manejarlos? Te lo contamos.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que hace que aquellas personas que lo padecen sientan que nunca se encuentran a la altura de las circunstancias o que sean incapaces de aceptar que merecen lo que han obtenido como fruto de su trabajo.

Este trastorno tiene diferentes niveles y puede aparecer de manera temporal, como consecuencia de algún cambio que se haya producido en la vida personal o profesional, o prolongarse y empeorar con el tiempo. Por esta razón, es necesario identificarlo y trabajar en él, ya que puede llegar a convertirse en un obstáculo para tu desarrollo profesional.

Por lo general, todas las personas que padecen el síndrome del impostor tienden a ser inseguras, por lo que se cree que este mismo puede deberse a varios factores:

  • Dinámicas familiares disfuncionales en la infancia: cuando se somete a la persona a una gran exigencia para obtener buenas calificaciones o hay alguien cercano a quien se suele reconocer por sus logros, provoca que se generen comparaciones de manera constante.
  • Estereotipos de género: las mujeres suelen padecer en mayor medida estos trastornos a causa de las presiones que existen para conjugar la vida profesional con la exigencia social de ser madres.
  • Ser demasiado autoexigente: cuando una persona tiene expectativas excesivamente altas sobre sí misma y nunca llega a cubrirlas, esto le genera altos niveles de ansiedad y posibles bloqueos mentales.
  • Percepción distorsionada del éxito, el fracaso y la competencia: en general, estas personas tienden a hacer esfuerzos desmesurados por objetivos que después no compensan.

Como se puede percibir, el síndrome del impostor es un miedo encubierto a no estar a la altura, pese a destacar en un ámbito en particular. Un ejemplo muy claro es el de un estudiante que ha trabajado duro y se presenta a los exámenes, pero cree que no ha rendido lo suficiente o que no conseguirá buenas notas, aunque luego se sorprende con un excelente resultado.

Tal y como afirmaba Confucio con su frase “saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber”, una de las primeras claves que necesitas para gestionar el síndrome del impostor es reconocer tus fortalezas y debilidades reales. 

Aprender a confiar en ti y en el fruto de tu esfuerzo es un trabajo que conlleva tiempo y dedicación, como también aceptar que nadie es perfecto. En este sentido, continuar adquiriendo conocimientos, sin importar la edad que tengas, es una de las mejores vías para obtener esta confianza.

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