Tiene que ver la creación con el deseo de explorar. O quizá sea a partir de los impulsos. Transformar la realidad en una pieza, por ejemplo, si de arte plástico se trata.
Construir atmósferas, decir discursos, provocar reacciones. Valerse de los recursos que se tienen a la mano. O buscarlos.
Carlos Tostado, escultor, doctorado en arquitectura, diseño y urbanismo, recicla los materiales, con soldadura y fragua, con hojas de árboles que arranca el otoño. Con la mirada hacia el mar, con el juego siempre presente.
Hoy la propuesta plástica de Tostado, oriundo de la frontera que es Nogales, Sonora, reunida bajo el nombre de Con los ojos del alma, se exhibe en la Galería Eusebio Francisco Kino de Casa de la Cultura. En Hermosillo.
Nomás entrar y ya una luz ambar montada en un soporte de metal, nos sugiere prevención, reglas del juego. Y andarse con cuidado. Porque de pronto un Guerrero de Terracota, nos mira inquisidor, como de soslayo. Es la propuesta de Carlos en su escultura con materiales de poliestireno y pasta de cemento emboquillador; es una escultura, es un rostro.
El escultor recicla también el título de un tango, Con los ojos del alma. O linda coincidencia. Porque aquí las obras bailan a su propio ritmo y género.
De pronto los delfines son movimiento. La sugerencia del misterio, la mar y su inmensidad.
La museografía es una aportación a la obra, el aire en cada una de las piezas, la instalación, la iluminación. Esto hace que el espectador entre en el juego del misterio, esto propone la exposición como un todo, un arte poético, piezas, espacio, luz, silencios.
Entrar a una galería es disponerse a sentir. El autor nos regala, entre las piezas antes descritas, un Corazón de piedra. ¿Qué nos sugiere esta pieza?, ¿su composición, ¿qué nos sugiere el titulo?
Usted, apreciable lector, atrévase a visitar esta exposición. Y por favor hágalo quedito, dispuesto a mirar con los ojos del alma.
