El Vaticano confirmó esta mañana la muerte del papa Francisco, ocurrida a las 7:35 horas en la Casa Santa Marta, su residencia desde que asumió el pontificado en 2013. Tenía 88 años.

El anuncio fue realizado por el camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrell, a través de un mensaje oficial en video, luego de varias semanas en las que el estado de salud del Pontífice se había deteriorado gravemente.

Francisco había permanecido 38 días hospitalizado por una bronquitis complicada por una infección polimicrobiana, seguida de una neumonía bilateral.

Jorge Mario Bergoglio hizo historia al convertirse en el primer papa jesuita, el primer latinoamericano en ocupar el trono de San Pedro y el primero en suceder a un pontífice que renunció en más de seis siglos.

Desde su elección en marzo de 2013, imprimió un sello personal al liderazgo de la Iglesia: austero, cercano y profundamente humano.

Rechazó el Palacio Apostólico, eligió vivir en Santa Marta, usó transporte común y pagaba sus propios gastos, reflejando su estilo pastoral basado en la sencillez.

Durante casi doce años de pontificado, Francisco visitó 59 países, incluyendo muchos con minorías católicas, como Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bangladés.

Promovió el diálogo interreligioso, la reconciliación y la paz. Su primer viaje fue a Lampedusa, donde homenajeó a los migrantes fallecidos en el Mediterráneo.

Su legado también está marcado por una lucha frontal contra los abusos sexuales en la Iglesia: convocó una histórica cumbre en el Vaticano y promovió reformas legales sin precedentes para proteger a las víctimas.

Asimismo, impulsó una mayor participación de las mujeres en el Vaticano y se mostró abierto a debatir temas estructurales como el celibato.

Su pontificado quedará grabado como el de un reformista valiente, comprometido con la justicia y la dignidad humana.