Cuando se come rico y además del gusto se deleitan otros sentidos como por ejemplo el oído con buena música ya estamos hablando de un buen momento; pero si además la buena compañía en la mesa se da, entonces el compartir el pan y la sal es un verdadero placer. O en este caso compartir el mate.

En la colonia Casa Blanca hay un lugar donde esa conjunción de elementos se da en la misma calidad que es difícil saber cual es mejor. La comida, el servicio o el ambiente. Se llama Astorelli Cafe y es un lugar que lleva el sello argentino desde el nombre hasta el mate que sirven con todo un ritual apegado al origen de esa bebida que está hecha para compartir. Que decir de una deliciosa trenza de hojaldre bien humectado y rellena de pollo, acompañada de ensalada y con un chimichurri para evocar la cuna del tango. 


Es una iniciativa de Jimena González, de Argentina para Sonora, radicando en nuestro Hermosillo y haciéndolo suyo poco a poco. En contraparte Jorge Rubio el toque sonorense, junto a Jimena ofreciendo una experiencia por demás agradable en servicio, sabor, conversación y enseñanza para aquellos que buscamos conocer otras culturas. Una idea que en nuestra ciudad no encontrarás ni en aquellos lugares que se ostentan como restaurantes argentinos. Aquí, sin muchos aspavientos ofrecen un poco de Argentina en cada plato; empanadas, bizcochos, y un menú que pronto podrán conocer cuando vayan a Pedro Villegas 31 en Casa Blanca.


Tienen menos de un mes abiertos al público y pinta para que en poco tiempo el lugar crezca en preferencia de la gente pues como se menciona,el servicio es muy bueno, la comida es deliciosa y esos son valores que no son fáciles de encontrar juntos en lugares auténticos por un precio justo. Dentro de poco estará listo el menú fijo y las especialidades diarias que son una sorpresa al paladar. Esa trenza de hojaldre es difícil de olvidar.

Jimena González con paciencia prepara una canasta con pan tostado, bizcochitos de manteca, galletas de mantequilla y una mermelada de tomate artesanalmente preparada por ella y Jorge, desde la mesa puedo verla en la cocina acomodando los panes. Viene a nosotros con un termo, un mate (así se llama el recipiente donde se prepara la infusión con hoja de mate) y al ponerlo en la mesa, explica el procedimiento. No es cualquier cosa pero tiene su finalidad. El mate se comparte y todos beben del mismo mate, es decir un recipiente para todos, en turnos y servidos por una sola persona que «ceba» o que añade el agua a la hierba que contiene el recipiente. Agua caliente a 80 grados que desata las propiedades antioxidantes, energéticas y ese sabor fuerte en el primer sorbo. El que sirve lo toma y luego lo prepara para su invitado. Al terminar el invitado regresa el mate al que lo sirve para que se prepare otro y así hasta terminar. Solo uno ceba. Es una tradición en Argentina que gozan hasta los niños, pero nadie como Jimena para explicarlo con todo el contexto y con su acento que hace que quieras platicar y platicar con ella por horas. En necesario decir que los bizcochitos de manteca son una delicia y nada de lo que pueda escribir aquí les hará justicia. Una experiencia que vale la pena disfrutar pues además de comer muy rico, uno aprende sobre milongas, tango, bueno hasta política y claro está de gastronomía de la tierra de Gardel, Cerati y Jimena González. Buen provecho. 

2 Comentarios

  1. Kiero conocer ese mate…ac dos semanas llegue d Argentina y no comparto cn nadie xq dnd estoy nadie toma mat …es bueno compartir …..

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