La compleja definición de paciencia. Saber que las cosas de la vida tienen su momento.

Carmen Ávila hizo una pausa de veinte años en su camino de colores, de construcción de obra. La maternidad y la crianza un móvil superlativo.

Pasaron los años y por fin regresar a esa vocación de pausa obligada. Hoy que es 2016, los 90 se miran en el recuerdo. Hoy que la vida regala nietos como incentivos, la felicidad de las hijas, Carmen retorna a los colores de su camino.

El color de mis caminos se intitula precisamente su más reciente exposición, la cual se inauguró hace unos días en Kiosco del Arte de la colonia Pitic.

Allí el monotipo o bien las técnicas mixtas, se convierten en mundos idílicos o nostálgicos o melancólicos. Eso lo decide el espectador. Empero, Carmen con sus propuestas provoca la emoción. Un quejido de alegría puede ser que emane del interior de quien mira. O tal vez el deseo de fugarse en uno de los escenarios que de manera óptima construye en su propuesta.

Carmen Ávila es afable, la similitud del viento en una puesta de sol es su mirada. Tiene manos sabias y con voz pausada las palabras se impactan en sus receptores. La actitud de Carmen es un camino hacia la reflexión. Ilustra con su manera de andar.

–¿Carmen, por qué pintar?

–Disfruto mucho pintar, me da mucha paz, además de la emoción de mezclar colores y ver el resultado del proyecto.

–¿Cómo recuerdas tu primer contacto con la pintura?

–Desde niña me emocionaba mucho ir a museos y exposiciones, me preguntaba: ¿cómo le hacen para hacerlas?, ¿podré algún día hacer algo yo?

–¿Por qué elegir el paisaje, lo cotidiano, lo que tus ojos miran?

–Soy gran amante y observadora de la naturaleza, cuando voy de viaje no cierro los ojos en el trayecto, admirando los paisajes, llámese nubes, cielo, campiñas, etcétera.

–¿Qué le aporta a tu vida la pintura?

–Mucha satisfacción, saber que puedes manejar colores, texturas y llevarlas a un formato, además la sensibilidad de poder apreciar lo que la vida nos regala.

–En este mundo tan violento, ¿para qué sirve el arte?, ¿dosifica las crueldades?

–Sin lugar a dudas, siempre he pensado que una persona sensible al arte en cualquiera de sus formas, no haría ningún daño, porque su alma siempre será sensible a apreciar lo bueno de las personas y lo que nos rodea.

–Si pudieras cambiar algo en la vida, ¿qué sería?

–Sería precisamente eso, acercar a las personas al arte, difundirlo más y a los niños desde pequeños inmiscuirlos en cualquier disciplina de las artes. Estoy segura que habría menos violencia.

–En tu exposición más reciente, El color de mis caminos, ¿qué aprendizajes obtienes?

–Que nunca es tarde para realizar y compartir lo que realmente quieres en la vida.

–¿Qué otro arte, aparte de la pintura, te gusta?, ya sea como ejercicio o como espectadora

–La música, es otra de mis preferidas.

–Si te pidiera que cantaras una canción, ¿cuál sería y por qué?

Gracias a la vida. Me siento muy afortunada con lo que la vida me ha dado, porque todas las experiencias buenas y no tan buenas me han dejado un aprendizaje y madurez que me han hecho la persona que ahora soy; disfruto tanto lo que vivo.

–¿Qué significa el cielo en tu vida?

 

–El cielo tan cambiante y con tantos matices, nos enseña que a pesar de lo que nos pueda pasar, no se pierde la esencia, siempre somos y seremos.

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