LOS QUE SE VAN

El sueño americano aun es redituable para muchos, en La victoria es común ver que diariamente un ejército de personas de varios puntos del país o de otros países centroamericanos buscando la oportunidad de subirse al tren para ir a Nogales e intentar cruzar a los Estados Unidos.

Al menos 100 “trampitas” como los llaman, persiguen ese sueño cada día. Hombres en su mayoría pero también mujeres y niños arriesgan su vida para tomar el tren que pasa tres veces al día ya sea con destino a Nogales o a Caborca. La segunda ruta, la más peligrosa pues ahí se cruza por el desierto de altar y los peligros son mayores.

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Para Reynaldo Tolentino de 55 años y originario de Acapulco la idea de ir a buscar suerte en Estados Unidos es porque no tiene oportunidades aquí pues a su edad ya nadie le da trabajo.

«Desgraciadamente en México ya no quieren a las personas mayores de 30 años, son las que más están capacitadas entonces pues tiene uno que correr no?, yo tengo 55 años imagínate me quedo en México, no te dan trabajo»

 

Mientras lava platos y limpia las sobras de sus compañeros en el albergue San Luis Gonzaga donde come mientras espera la oportunidad de seguir el camino y además ayuda en las labores como una forma de agradecimiento a quienes le tienden la mano con alimentos. Ha sido difícil pues tiene 5 años viviendo en situación de calle y sin un trabajo el sustento es una lucha del día a día.

Sin embargo, las ganas de trabajar están intactas y afirma no comprende cual es la lógica que sigue el nuevo gobierno norteamericano pues los mexicanos y los latinos son quienes hacen el trabajo que nadie quiere hacer.

«No alcanzo a entender porqué discriminan tanto al mexicano, si el mexicano es el que levantó toda la industria en Estados Unidos porque el gabacho no trabaja, el negro no trabaja son un par de huevones si me entiendes, entonces quien mantiene a Estados Unidos, pues uno..entonces ese presidente pues debe estar loco no?»

 

Por la mañana, Reynaldo junto a 80 migrantes más compartió la comida en el comedor que lleva casi 8 años atendiendo a quienes van en tránsito rumbo a una oportunidad mejor, el menú fue sopa, arroz, frijoles y tortillas. Pan y plátanos. Un churro de azúcar y una paleta de corazón por ser día de la amistad. Muchos de ellos no volverán a probar comida hasta bajar del tren que los lleve a su destino. Algunos de ellos no llegarán, caen del tren o pierden la vida al ser asaltados. La esperanza en las mochilas va junto a las botellas de agua, calcetines y playeras, entre otras cosas.

«Antes no llevaba mas que la mochila, ahora tengo que cargar con un cuchillo, así está ahora porque debo defenderme, es violento arriba del tren y no puedes confiar en nadie»

 

LOS QUE VIENEN

Para que ir a donde no nos quieren.

Si de por si la vida es dura, allá hay que cuidarse ahora del narco, de los polleros, de los migras y ahora hasta del Presidente Trump.

Lo mejor es volver a la tierra de uno y buscar oportunidades aquí en México.

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Eso es lo que muchos indocumentados con sus bultos y sus botellas de agua opinan ahora luego de que las políticas migratorias en Estados Unidos se han puesto más duras, las cosas ya no son como antes. Héctor Mejía regresa de California para volver a Cuautla Morelos donde dejó a su familia.

 

«Por que ya está muy difícil, ya va uno y ya hay mucho peligro para poder pasar hay gente que le quiere quitar a uno dinero para poder estar cerca de la línea y después para brincar y migración está muy dura también con uno ya no es como antes que le respetaban un poquito sus derechos, ahora ya no, ahora lo pisotean más a uno»

California, Arizona, Oregon y Texas eran destino para Ciudadanos de Guerrero, Nuevo León, la Ciudad de México, Michoacán, Guanajuato y Chihuahua principalmente de acuerdo al INEGI pero también para sonorenses que buscaban una oportunidad mejor.

Ahora cuando mucho hay que subirse al tren para ir a Mexicali, a Caborca, o a Chihuahua para ver si hay trabajo en el campo pues para muchos ya no vale la pena arriesgar el pellejo sin la seguridad de que allá las cosas van a ser mejores.

«Hemos decidido mejor quedarnos aquí en Sonora a trabajar en este tiempo para poder regresarnos a nuestro lugar de origen, es mejor ahorita estar aquí que intentar pasar al otro lado porque nada más vas a correr el riesgo de que te maten o que te pase algo por allá.»

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Ventura Rivera, viene desde Sinaloa buscando llegar a la frontera esperanzado en que conseguirá trabajo ahora que se construya el muro para evitar que los mexicanos y centroamericanos crucen para conseguir su sueño americano.

«Me quiero dirigir a la frontera porque pues quiero ir a ayudar a hacer el muro, porque van a pagar bien, no le hace que sea pa’ mi propio mal pero que me paguen, que me den trabajo y yo les ayudo a levantar el muro»

Además en México la falta de empleo, la inseguridad y la extorsión policíaca son solo parte de la lista de obstáculos que existen para tener una vida más o menos digna pues para quienes deciden regresar de manera voluntaria o son deportados la situación no se pone mejor aquí, el racismo también se vive en nuestro propio país.

«Desgraciadamente en México tenemos esa mala costumbre de denigrarnos los unos a los otros, si te ven moreno y chaparrito te hacen a un lado, o si hay gente que viene del campo hablando dialecto los mismos mexicanos los maltratan. Es una desgracia que seamos así»

En México también hay muros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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