¿Cuál es tu montaña en la vida? ¿Cuál es tu cima? ¿Ya definiste cuál es tu cumbre? Esas preguntas cimbraron por horas en mi cabeza tras escuchar a Karla Wheelock en su conferencia “Alcanzando la cima” que es un reflexión del proceso que vivió antes de convertirse en la primera mujer mexicana en escalar el Everest.

Karla desde niña tuvo claro que no quería ser una persona normal, quería ser extraordinaria y desde entonces la enseñanza de su madre la llevo a convertirse en un ejemplo para muchas y muchos mexicanos. En aquel momento contó que su madre le dijo que no existe eso de que hay personas extraordinarias y normales, que tenía que trabajar día a día para lograr sus objetivos y llegar a ser grande, que tenía que empezar a hacer las cosas ordinarias para poder llegar al éxito.

Karla es norteña, de Coahuila, con un carácter fuerte y una determinación que caracteriza a los del norte. Por eso cuando todos le dijeron que no podía, ella dijo: Si puedo. Y lo demostró con hechos, con esfuerzo, dedicación, disciplina y mucho amor por lo que hacía.

Y ese sin duda fue el motor que la llevó a conquistar no sólo la montaña más grande del mundo, sino las 7 montañas más grandes de cada continente, todo una osadía para una mujer que muchas veces le dijeron que no podía.

La montaña ha sido para la alpinista una gran maestra. Le ha enseñado a enfrentar la vida y sus desafíos. La ha hecho ser consiente de sus limitaciones y la ha obligado a ser cada día mejor y eso Karla lo demuestra en cada palabra de aliento para todos aquellos que están ávidos de un empujón, una palmada o esa frase que los impulse a dar lo mejor de sí.

En un ambiente político turbio en el que estamos inmersos todos de una u otra manera, escuchar a Karla da un respiro y nos acerca a la reflexión interna. ¿Qué estamos haciendo para llegar a la cima? ¿Ya trazamos el camino? ¿Cómo queremos llegar? ¿Con quién queremos llegar?

Y es que llegar a la cima del Everest o cualquiera que te propongas lleva su tiempo. Necesitas prepararte. Tener un equipo de respaldo. Y lo más importante entender lo que los locales en Nepal le dijeron a Karla Wheelock y que lo puedes transpolar a la vida misma “si la montaña te lo permite, llegaras a la cima, pero nunca la vas a conquistar y para llegar a ello debes adaptarte a los cambios, hacerlo te fortalecerá”.

Otros de los aprendizajes de la montaña nos dijo Karla es que “somos el resultado de la paciencia de otros” y que “entre más cosas tengas, más cargas, lo que necesitas es poquito y eso hay que cuidarlo” nunca olviden que la verdadera grandeza del hombre es cuando reconocen su pequeñez.
Para ser un agente de cambio, no necesitas grandes títulos, hay que hacerse cargo, amar lo que haces y recordar siempre que de nada sirve llegar a la cima si estás solo, comparte la alegría de llegar a la cumbre y sé feliz.

¿Qué te hace falta para llegar a la cima?

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