10 años de la peor tragedia que pueda sacudir a una ciudad, a un país, a una madre…
10 años sin abrazar a ese pedazo del corazón que se extraña cada día más y más…
Así, como Ofelia, como Germán, 49 familias lloran aun a sus hijos, a sus hijas que murireron en el incendio de la Guardería ABC, aquel viernes 5 de junio donde también murió una parte de ellos, de nosotros.

A 10 años, gobiernos han pasado, van y vienen mostrando su empatía, pero cuando ocupan la silla no es la misma urgencia para buscar a los padres como cuando les pedían el voto y el respaldo.

La búsqueda de justicia, ha hecho que muchos padres estudien leyes para que no se aprovechen de ellos, para entender los conceptos de la ley, esa ley que solo a su experiencia es para los que tienen dinero e influencia.

Como sabrían ellos que aquel 5 de junio, llevarían a sus hijos a la guardería y antes de la salida ocurriría esa tragedia, como sabrían que no regresarían a casa.

Pero la tragedia no solo arrebató la vida a esas 49 familias, otras, más de 70 viven con el recuerdo latente también, pues a diario hay que luchar para salir adelante, para superar los obstáculos físicos y sociales de las marcas que dejó el incendio. Danna Paola acaba de cumplir 12 años, los doctores decían que estaría en estado vegetativo por el resto de su vida pero su madre no aceptó ese diagnóstico y ahora es una joven que piensa en su futuro.

Han sido 10 años de historias, de escuchar los reclamos de justicia, de marchas, de conocer a niños como Emilia, Yeyé, Andrés Alonso, Xiuneth Emmanuel, Fátima, Jonathan…49 nombres que con cada pase de lista nos recuerdan que la corrupción contribuyó enormemente para que la tragedia sucediera, esa corrupción que aún golpea la vida de aquellos que piden justicia. Recientemente se puso al descubierto como al interior del Instituto Mexicano del Seguro Social, funcionarios públicos lucraron con la atención de los menores y gastaron el dinero destinado a la atención de las víctimas inflando facturas, falsificando firmas y cometiendo fraude…ahora la exigencia de justicia es doble.

En estos 10 años, la vida sin dudarlo ha cambiado para los padres, los hermanos, la sociedad. Enfermedades, depresión, reveses legales…

Este miércoles marcharemos, una vez más la solidaridad será notable en las calles, en los gritos, en el silencio, en cada paso que deja vivir ese clamor de justicia, esa indignación que no pasa, este miércoles serán ya 10 años de aquella tarde que también quisiéramos nos haya dejado una lección.

Y sabemos que nada regresará los momentos de amor, los abrazos, las navidades, nada volverá a ser igual. El camino para lograr l as justicia parece largo aun y la apuesta es a no olvidar. A no dejar que se diluya en la memoria este capítulo en la historia de Hermosillo que nos duele en lo más profundo.

ABC NUNCA MÁS.

 

 

 

 

 

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