Para Javier Váldez autor de «Los Huérfanos del Narco» libro ganador del Premio Internacional a la Libertad de Prensa 2011, el tomar a los niños como protagonistas de su libro obedece a que hay muchas cosas que contar detrás de las paredes de esas casas donde el crimen organizado ha cobrado la vida de policías, narcos, sicarios, padres de familia, madres, hermanas, y donde los niños quedan enmedio de esas estadísticas de violencia en el país. Es hacer una contribución a que no solo son eso, estadísticas, números o expedientes judiciales sino personas que al final han quedado con el vacío en el alma por perder a esa figura a manos de la violencia que hay en México.

Javier Valdés presentó su libro en la Feria del Libro 2015 en Hermosillo y luego de la presentación nos concedió su tiempo para platicar lo que «Los Huérfanos del Narco» significa para el.

Reconstruye a través de esos testimonios de niños, jóvenes, viudas las vidas de las víctimas y es importante ver el narcotráfico ya como una forma de vida en muchos lugares y no solo como un asunto policíaco donde mucha gente que no tiene que ver con el asunto también está siendo afectada por la situación.

FullSizeRender (4)Para Javier Valdéz lo más difícil de hacer este trabajo con niños y jóvenes ha sido entrevistarlos, a pesar de su amplia experiencia en el tema y en la cobertura que ha podido realizar, sepelios de capos como Nacho Coronel o Arturo Beltrán Leyva donde es extremadamente difícil y espinoso hacerlo, se tuvo que enfrentar a un escenario más complicado que es el tema de entrevistar a niños, algo que encontró complejo, pero sobre todo como un reto periodístico muy fuerte que le ha dejado además de dolor, desolación y depresión que ha tenido que llevar a solas en muchas ocasiones.

Sin embargo, luego de todo lo oscuro ha descubierto la esperanza en losFullSizeRender (5) testimonios recogidos. Una esperanza en los niños donde creen que sus padres regresarán y que piensan que este problema puede solucionarse. Esto es algo que al autor lo ha dejado impactado, lejos de encontrar el resentimiento o la sed de venganza ha encontrado que en los niños no se pierde la esperanza. En un país donde no la hay, los niños la conservan y eso es una «inyección de amaneceres» una sobredosis de vitaminas. A pesar de la pérdida y el dolor aún hay esperanza.

Hay mucho que contar, en el ambiente de los reporteros hace un llamado a no «clavarse» en el espectáculo, en el show mediático de los operativos y las detenciones, detrás de eso hay muchas cosas que deben decirse y darse a conocer.

«Así me siento yo, después del derribo llego yo como reportero y me pongo a juntar l0s escombros, las ruinas, los restos. Me siento como un pepenador de estas historias. El reportero debe estar ahí, debe humanizar esta cobertura porque hay humanos en esta realidad que deja el narcotráfico y es lamentable que nos quedemos en la oficina sin buscar más allá de lo que el gobierno nos dice cuando sabemos que nos están mintiendo permanentemente»

Las historias ahí están, no es difícil dar con ellas pero hay que trabajar con confianza y honestidad, es asunto de ética y sensibilidad. Las historias van a estar ahí y hay que contarlas y reportearlas después de cazarlas dice el autor.

Enmedio de la muerte hay vida, tenemos que contar historias de vida enmedio de la muerte, es un objetivo que como periodistas debemos plantearnos.

 

 

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