Un artículo de la Harvard Business Review (revista de negocios) escrito por Kabir Sehgal respondió a la pregunta por el comportamiento del cerebro cuando percibe dinero cerca y por supuesto cómo este se modifica, si el efectivo es ajeno o propio.
El estudio concluyó que definitivamente la función cerebral se altera con la percepción de dinero pero que además, las sensaciones que se experimentan son iguales a las que siente un consumidor de cocaína.
Para llegar a esta conclusión, varios científicos pidieron a un grupo de personas que cada uno aportara una suma de dinero y una vez compilado todo el efectivo debían dividirlo entre todos, y si al final el grupo no se ponía de acuerdo en una división del dinero, nadie se iría con el efectivo.
A renglón seguido todos llegaron a un acuerdo, lo que lo economistas llaman elección racional, puesto que es mejor quedarse con algo que con nada, pero lo interesante es que el estudio encontró que tales ofertas activaban una parte del cerebro asociada con la ansiedad, el dolor y el hambre.
De hecho, son reacciones parecidas según los científicos a las que se experimentan cuando se está drogado con cocaína. Y para comprobarlo, hicieron otro estudio en el cual se comparaba la radiografía del cerebro de un adicto a la cocaína y el de un sujeto jugando un juego en el que tenían el potencial de ganar o perder dinero en efectivo y los resultados en cuanto al comportamiento cerebral eran los mismos.