Desde la implementación del Plan Piloto que se anunció para atender la seguridad en Sonora por parte del Gobierno Federal cuyo principal eje fue el de poner en los mandos de las policías a elementos militares poco ha sido el cambio que se ha reflejado.

Los principales municipios de la entidad tienen a su cargo en materia de seguridad a personal proveniente de las filas castrenses que la federación propuso para Hermosillo, Cajeme, Navojoa, Guaymas y Empalme. La constante sigue siendo un incremento en las cifras de delitos de alto impacto en particular el homicidio doloso.

Tan solo al inicio de este 2020 , el estado de Sonora tiene la mayor cifra en los últimos 5 años, reflejo de lo que ocurre en el país donde el proyecto de la Guardia Nacional tampoco solucionó la violencia. Al contrario, en esta administración se ha elevado la cifra de muertos en todo el territorio mexicano.

En comparación con el 2019, este año Guaymas y Empalme han representado el mayor incremento de homicidios dolosos. Es cosa de todos los días saber de asesinatos, privaciones de la libertad y enfrentamientos. Ahí, la presencia de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad no ha ayudado en mucho a pesar de la coordinación intensa que hay con las fuerzas estatales que tienen más presencia pero cuya labor no corresponde atender un rubro que le compete al gobierno federal. Aun así existe una intensa disposición de tener presencia activa en los municipios más críticos.

Cajeme y Hermosillo de igual forma han tenido un arranque negativo que en los últimos 5 años no habían tenido y ahora con la presencia de elementos federales del Ejército y la Guardia Nacional se han incrementado las cifras. Tan solo para sustentar con datos, las carpetas de investigación en 8 meses sin mandos militares fueron 362 mientras que con mandos militares y la Guardia Nacional aumentaron a 523. Esto representa un incremento del 44%.

Cabe señalar que los mandos enviados por la federación poco han mostrado interés en la situación que impera en la entidad. Casos como en Cajeme donde no se nota la presencia del mando, de Hermosillo donde hasta pide que se contrate la seguridad que la corporación debe brindar a los ciudadanos o en Guaymas donde con y sin mando militar la violencia está imparable al igual que en Empalme. Parece que la imposición a los alcaldes afectó de manera importante las estrategias planeadas que al menos daban resultados más alentadores que los registrados hoy día.

El fracaso de la estrategia anunciada con bombo y platillo por autoridades federales a cargo de la seguridad en el país pone en entredicho la efectividad de los elementos que llegaron al estado y deja un enorme compromiso a los mandos federales como Alfonso Durazo para coordinarse mejor y atender este problema que hoy se suma a la ya de por sí difícil situación que se vive en todo México.

 

 

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