Texto: El Loco Viaje

Estaba por terminar la década de los 90 cuando en el barrio de Las Torres empezaban a ponerse de acuerdo unos morrillos para hacer un grupo de rock, y en una de las esquinas de aquellas cuadras pobladas de aventuras se empezó a forjar uno de los mejores raperos que ha conocido la H.

La idea original era tocar instrumentos y hacer rolas chilas, o sea simplemente hacer música y nada más, nadie imaginaba que estaba por nacer algo que nadie iba a parar.

El destino tenía algo preparado para estos batos, influenciados por toda la era noventera, no había nada definido en el futuro de la banda, ya que ninguno sabía tocar instrumentos y mucho menos contaban con una voz singular como la de Saúl Hernández o Vicentico, así que las cosas dieron vuelta y el rock quedó en otro plano.

El Kran, era uno de aquellos morrillos, proveniente de una cepa de músicos de corazón, desde que dio sus primeros pasos ya se veía su inquietud por escribir y ser poeta, músico pues.

El papá de este bato, Don Rogelio Rosas, siempre ha trabajado en la industria musical y en ese tiempo ya tenía un estudio de grabación (Unicornio Studios), entonces el Kran comentó con los demás morros que ahí podían grabar las rolas.

Un punto clave en esta historia es el hermano del Kran, el Roy, él ya trabajaba en el estudio y cuando llegó el Kran con el proyecto de la banda de Rock, de volada le tumbó el rollo y le propuso que hicieran rap; ¿por qué?, porque es más “fácil” (según esto) y fue así que empezó una generación de raperos en la ciudad, una generación que no se disipa, al contrario, cada día crece más.

“El amor por la música, queríamos hacer música y no estaba dentro de nuestras posibilidades un grupo de rap hasta que mi carnal nos dijo y fierro nos pusimos a hacer rap y así empezó, nos clavamos a hacer rap, no había muchas influencias, no había pistas y empezamos así de cero, empezamos a construir algo que no sabíamos qué era, ni que tan grande podía llegar a serlo”, recuerda el Kran.

Por aquellos tiempos el movimiento del rap empezaba a agitarse y la ola de esta corriente se estaba formando, es decir, el Kran es uno de los pioneros del subterráneo rapero de Sonora.

Surgieron las primeras rolas casi porque sí, rimas sobre bases de Dr Dre sonaban en el Cobach, Cbtis, y preparatorias de la H, pero no pasó mucho tiempo para que mediante las redes sociales de esos años empezaran a sonar las rolas del Kran y su raza.

Cuando empezó el 2000, el Kran ya estaba en el canal, siempre inquieto y con hambre de hacer crecer un movimiento musical en pañales le dio por organizar rapeadas, que ya se hacían pero no como él lo pensaba, algo macizo, escenario, luces y el mejor show posible.

Recuerdo bien el casino Tecate en la San Benito que fue el suelo que sintió retumbar las bocinas del mero rap callejero del norte por primera vez, ahí los grupos de todos lados aprovechaban el foro para mostrar lo que hacían en sus habitaciones.

“Con el tiempo empezaron a salir grupos y con eso la necesidad de hacer eventos para presentar la música que teníamos, ya traía toda la onda yo de hacerlo en grande, alborotar más gente y que todo mundo sintiera esa pasión que tengo por el Hip Hop, ese fue mi pistón más grande, lo que más me impulso a hacer lo que hoy en día hago, que la gente sienta ese gusto que tengo por la música rap, que ellos lo vivan”, afirma el rapero Sonorense.

Siempre con la idea de compartir su rap y de darle larga vida, al paso de los años sacó su primer y único disco como solista en el 2004, este material discográfico se llama Desde Mi Barrio y traía el sencillo No Va a Parar, que lo catapultó en los barrios de Hermosillo.

De ahí en adelante fueron fluyendo las cosas, más eventos organizados por él y más participaciones en discos compilados como los de Rima y Razón, donde tronó rolas como: Larga Vida al Rap y Todo Por el Hip Hop, canciones que sin duda son recordadas en la lista de clásicos del Noro.

Yo todavía puedo sentir la emoción de ir por primera vez a una rapeada y ver la tarima, llena de luces y con todas las bocinas bien acomodadas, gente pagando sus veinte bolas en la entrada, con su vestimenta rapera y todo el show, me hacía sentir bien macizo, como si estuviera en el otro lado con toda la farándula del rap; bien alucín.

Qué bueno que hubo gente como este bato que se animaron a hacer este tipo de eventos, sobre todo en años donde predominaban las tocadas y que decir de los eventos de norteño que siguen dominando la popularidad.

Últimamente la producción musical es menor, pero la realización de rolas de rap de este bato siempre fue su fuerte, independientemente de que los eventos que ha organizado han sido buenos, todos recordamos como suena y truena el rap del Kran.

Recientemente realizó eventos exitosos como el quinto Colectivo Hip Hop que año con año desde el 2012 se ha vuelto una tradición de la capital sonorense, escenario que no desaparecerá, sino todo lo contrario, cada vez toma más fuerza.

Este bato es impulsor del rap subterráneo de la Ciudad del Sol, empezó cuando era poco común hacer rap y ha sido autor de rolas inolvidables para muchos como la de Dile Que Pase y muchas más, ha estado presente en el inicio de muchas bandas y solistas de la entidad, ayudándolos en lo posible y siempre con firmeza sin perder la fe en el movimiento.

Hay que estar bien atentos con el ajetreo que se carga este loco, me contó que trae rap en sus carpetas y lo va a tronar muy pronto, no quiero contar mucho de eso porque es sorpresa, pónganse al tiro nomás.

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El Loco Viaje

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