Por: Beto Velardez

Hay muchas historias de raperos que comienzan por la influencia de amigos o parientes, pero ésta es diferente, la historia del Niño Chiquito empieza por un sentimiento que brotó sin pedir permiso, ese con el que se nace.
Este morro de apenas 21 años tiene 3 años rondando en el ruedo del rap y ese tiempo ha bastado para llamar la atención de la raza que disfruta del género en Sonora.
Desde muy chiquito le gustó el arte, primero empezó a bailar Break Dance, fue él mismo quien le pidió a su madre que lo inscribiera en una academia de baile y como todo, una cosa llevó a otra.
Con apenas 18 años, el lápiz salió a flote, salieron las primeras letras, pero seguían aún guardadas, no se animaba a soltar todo lo que plasmaba en sus momentos a solas.
El ámbito en el que se estaba moviendo lo empezó a enredar cada vez más y así fue como inició a hacer beats y videos.
Todo cambió el día que su compa Chazz le pidió que le realizara un videoclip; cuando vio a su amigo rapear se despertó una seguridad en él que no ha parado ni parará.
“Siempre tuve esa espina que era cantar, por qué todo lo artístico lo hacía, pero había algo que me daba miedo, era el que dirá la gente, hasta que un compa que se llama Chazz me pidió un video y lo vi cantar y dije -pues que madres y si élpuede yo también CHSM“, y fue cuando me animé a escribir”, nos platica el Niño Chiquito.
Él es hijo de un músico, su jefe tenía una banda de Rock cuando estaba en la Universidad y por ende creció escuchando y viendo arte y creación musical desde pequeño.
No cabe duda que lo trae en la sangre, algo que, por supuesto se nota al materializar sus proyectos, por cierto, suenan muy bien.
Total, después de tiempo de pensarlo se animó y le dijo a uno de sus vecinos que si le hacía el paro de contactarlo con el Wicked, un productor musical, y así fue como pudo producir su primera rola.
Como dije, una cosa llevó a otra y así conoció al Rulo de Moon Records y grabó no una, sino 3 rolas.
La amistad salió sola cuando comenzaron a trabajar, desde entonces no ha podido dejar la rutina de rapero, se envolvió en las barras, rimas y beats como mucho loco viajado del mundo.
A la fecha tiene pocos videos y tracks, pero llenos de calidad que viene intrínseca en él.
Comenta que la música es lo que le da propósito a su vida, para no ser alguien ordinario y alimentar su fe para vivir a su gusto día a día.
“Busco la manera de plasmar un sentimiento con el que todos se puedan identificar, que en verdad sientan tanto la letra como la instrumental.
Por qué al final de cuentas mi objetivo como artista pues simón es ganar feria, pero también dejar más que una buena imagen, una enseñanza o alguna frase que la gente recuerde, ya sea para resolver problemas o para animarse a hacer algo que les da miedo.”, platica durante la entrevista.
Hacer que la raza que escucha su música se sienta mejor y pase un momento agradable es su principal bandera.
Sin duda es un prospecto muy prometedor en el rap mexicano, desde que escuchas el nombre ya llama la atención, escuchas sus rolas y te clavas más, le tocó crecer junto al género y se ha aclimatado muy bien al crecimiento del mismo.
No queda más que pedirles que lo escuchen, si no lo han hecho, y de paso un mensaje de este joven exponente del rap de la ache.
“Un niño no se preocupa por nada más que ser feliz. A veces se necesita ser un niño para recordar la felicidad, familia y propósitos, alejarnos por un momento de eso que nos molesta para regresar y confrontarlo con tranquilidad y la mejor actitud”.

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