El cónclave celebrado en el Vaticano ha concluido con la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica. El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, fue elegido como el sucesor del papa Francisco. Tras el anuncio realizado desde el balcón de la Basílica de San Pedro con el tradicional «Habemus Papam», se dio a conocer que el nuevo pontífice llevará el nombre de León XIV.
Nacido en Chicago en 1955, Prevost es un religioso de la Orden de San Agustín con una trayectoria destacada tanto en Estados Unidos como en América Latina. Aunque de origen estadounidense, también posee la nacionalidad peruana desde 2015, reflejo de su prolongado vínculo con ese país, donde ha desarrollado gran parte de su vida pastoral.
La relación de León XIV con Perú se remonta a 1985, cuando llegó como misionero agustino. Entre 1988 y 1998, dirigió el seminario agustiniano en Trujillo. Posteriormente, regresó en 2014 como administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo, y luego fue nombrado obispo de esa misma ciudad. Su elección ha sido interpretada como un reconocimiento a su labor evangelizadora en América Latina.
En su primer mensaje al mundo como Papa, León XIV pronunció palabras de esperanza y unidad. «Dios nos ama a todos incondicionalmente», dijo ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro. También expresó su gratitud hacia su predecesor, el papa Francisco, y saludó en español a la comunidad de Chiclayo, con la que mantiene un estrecho lazo.
La elección de Prevost se dio en el segundo día del cónclave, presumiblemente en la cuarta votación, entre un grupo de 133 cardenales electores. Este proceso se llevó a cabo tras el fallecimiento del papa Francisco y culminó con el consenso requerido de dos tercios de los votos. La elección fue anunciada de manera oficial por el cardenal protodiácono Dominique Mamberti.
Entre los nombres considerados “papables” figuraban varios cardenales europeos e incluso un filipino. Sin embargo, la elección de Prevost ha sorprendido a algunos analistas por ser considerado una figura más discreta. Su perfil pastoral, su experiencia intercultural y su cercanía con las comunidades más necesitadas podrían haber sido factores clave para su designación.
México contó con la participación de dos cardenales en este cónclave: Carlos Aguiar Retes y Francisco Robles Ortega. Aunque su presencia generó expectativa, especialistas señalaron que no figuraban entre los favoritos. Con la elección de León XIV, la Iglesia Católica inicia una nueva etapa bajo el liderazgo de un pontífice que combina la herencia del norte global con una profunda conexión con América Latina.