El Colegio Un Mundo Mejor, una institución con más de 50 años dedicada a la educación inclusiva en Hermosillo, vive uno de los momentos más desafiantes de su historia. Tras anunciar la posibilidad de cerrar sus puertas por la baja matrícula y los altos costos de mantenimiento y permisos, la comunidad sonorense ha respondido con solidaridad, apoyo y un profundo reconocimiento al trabajo que durante décadas ha transformado vidas.

La directora del plantel compartió que, aunque la situación económica ha sido complicada, el ánimo se ha renovado en los últimos días gracias al respaldo de familias, exalumnos y ciudadanos que recordaron el valor del colegio.

“Pensamos que estábamos solos, pero la comunidad nos demostró que no. Nos dieron fuerza para seguir luchando”, expresó, visiblemente conmovida.

Incluso, un nuevo alumno se inscribió esta semana, gesto que simboliza esperanza y confianza en el proyecto educativo del plantel.

Además del acompañamiento ciudadano, la institución recibió una prórroga por parte de las autoridades para completar los dictámenes y requisitos que exige la normativa actual, como revisiones eléctricas, estructurales y de Protección Civil. Este tiempo adicional representa una ventana de oportunidad para continuar operando mientras buscan soluciones de fondo para garantizar su permanencia.

“Cada día que seguimos abiertos significa un día más para nuestros niños, un día más para demostrar que la educación inclusiva sí transforma”, aseguró la directora.

Hoy, el llamado es claro: Un Mundo Mejor no es solo una escuela, es un hogar educativo para niñas y niños neurodivergentes que encuentran ahí acompañamiento, comprensión y la oportunidad de aprender a su ritmo. Mantener viva esta institución significa defender un espacio donde la diversidad se valora y se abraza. La comunidad ha empezado a responder, pero aún queda mucho por hacer para evitar que cinco décadas de trabajo, amor y dedicación se pierdan.