La llaman depresión, pero los psicólogos se cuestionan por qué. Si bien es una tristeza que provoca insomnio y apatía, no deja de ser una etapa temporal y el sufrimiento se pasa al cabo de unos días. La causa número uno no suele ser el cambio de horario que experimentamos, a pesar de que sí tiene mucha relación con esta fase transitoria. La razón principal consiste en volver a nuestras obligaciones de siempre, dejando atrás días de playa.

Pensamos que todavía faltan once meses para volver a vivir la misma experiencia y, sin embargo, es un error dejar que estos pensamientos pasen por nuestra cabeza. En cambio, podemos planear enseguida unas nuevas vacaciones, aprovechando el puente más cercano. De esta manera, volveremos a la rutina con más ganas puesto que tendremos nuevas ilusiones. Incluso nos animará pensar en lo que haremos el próximo fin de semana.

Cuándo comenzar a trabajar

¡No comiences el primer día de trabajo un lunes! La semana resultará demasiado larga, por lo que es preferible volver a tu puesto de trabajo un miércoles. De esta manera, será más fácil incorporarse de nuevo a la misma rutina, pues tendremos el fin de semana a un paso.

Incluso puede ayudarte volver a tu ciudad un par de días antes del primer día de trabajo, pues si vuelves el domingo te resultará muy complicado madrugar el lunes y vivir este cambio tan drástico. Si vuelves tres días antes, ya te habrás acostumbrado un poco al cambio, y llegarás a la oficina con más ganas.

Tómate los primeros días de trabajo como lo que son, los primeros días. Reincorpórate a tu puesto de trabajo con tranquilidad, enterándote poco a poco de todos los cambios que se han establecido mientras no estabas en el trabajo. Ya tendrás tiempo para recuperar el ritmo que llevabas antes de irte de vacaciones, pues los primeros días de trabajo serán algo más difíciles.

Por lo general, el fin de las vacaciones suele ser más complicado para quienes tenían problemas en su trabajo antes de marcharse a la playa. Las personas que disfrutan en su empresa y que se sienten a gusto en su oficina se adaptan con mayor facilidad al fin de las vacaciones y al comienzo del trabajo.

Volver al trabajo también tiene su lado positivo

Ten en cuenta que tienes la oportunidad de volver a ver a tus amigos y compañeros, y te encantará saber qué hicieron durante sus vacaciones y por dónde estuvieron. ¡Compartid fotografías! Además, no olvides que tu ansiedad es pasajera, y antes de que te lo imagines estarás más adaptada que nunca a la jornada laboral.

Olvídate de los recados. Tendrás que hacer muchas visitas a los supermercados y bancos, pero es preferible esperar hasta la semana siguiente. De esta manera, la primera semana posterior a las vacaciones resultará más llevadera.

Y como último consejo: haz deporte. ¡Especialmente si es tu favorito! Correr, dar un paseo, jugar al fútbol, o incluso patinar sobre hielo o recibir un masaje te pueden ser útiles para relajarte. Te devolverán la tranquilidad de la playa.

Fuente: DiarioFemenino.com

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