Para Liliana ir de casa en casa en este tiempo donde se ha pedido guardar distancia social por el riesgo del coronavirus es inquitante. Piensa en sus 4 hijas que deja en casa para ella salir a trabajar levantando cuestionarios para el Censo del INEGI.
Afirma que en la dependencia federal solo les han pedido que usen tapabocas, se laven las manos y no entren a las casas pero deben cumplir una meta de 20 cuestionarios al día para que les paguen completo. Ahora con lo del coronavirus mucha gente ni abre la puerta haciéndolo más difícil.
Un cuestionario que dura casi 10 minutos y la gente cuando abre, ahora muchos contestan apurados o de mala gana pues hay temor de un contagio y si ellas usan el cubrebocas a la hora de hacer el cuestionario la gente piensan que están enfermas y les piden retirarse. Por ello son cada vez más las maninfestaciones de inconformidad por las trabajadoras que realizan el censo casa por casa en las calles de la ciudad.
Este lunes, incluso en grupos, protestaron por la incertidumbre de no saber si ellas también se guardarán o deben continuar hasta el 27 de marzo que es cuando termina este programa. La contradicción es grande para ellas pues por un lado deben ganar dinero y por otra protegerse ellas y sus familias. Ambas cosas no han podido hacerlo.
A través de un comunicado, el INEGI además de las medidas habituales de prevención, explica que a partir de este 23 de marzo se promoverá en la ciudadanía que se conteste el censo vía internet o por teléfono y los colaboradores solo tendrán que dejar los avisos sin tocar en las casas o realizar ningun tipo de cuestionario. Hasta el momento el censo continúa y no se suspende.
