Contribuir a la búsqueda de soluciones a las condiciones de vulnerabilidad en que se encuentra gran cantidad de niños a quienes se les ve de manera cotidiana por diferentes cruceros de la ciudad, es el propósito del diagnóstico que realizarán estudiantes y académicos del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Sonora.

Olivia Peralta Montoya, jefa del Departamento, dio a conocer que a petición de la Secretaría de Trabajo del Estado, se darán a la tarea de colaborar en ese esfuerzo a través de un diagnóstico social sobre esos menores, y con ello diseñar acciones de intervención que ayuden a resolver el grave problema social y humano en que se encuentran.

El propósito es conocer sus condiciones de vida, dar seguimiento y atención a esa población infantil, reiteró tras dar a conocer que en esa tarea también intervendrán, mediante un convenio de colaboración, diversas secretarías del gobierno estatal, además del DIF municipal y estatal, entre otras instancias.

En el trabajo de campo, añadió, se buscará conocer la procedencia de los niños, el por qué se encuentran en esa situación de vulnerabilidad e, incluso, se realizarán estudios socioeconómicos de cada uno para saber sus condiciones familiares. “Deseamos conocer la razón del por qué viven en la calle, si hay quienes los explota o si son producto de familias disfuncionales y violentas”, expresó Peralta Montoya.

Dio a conocer que a través de la asignatura “Práctica de diagnóstico”, bajo la responsabilidad de Blanca Idalia Maldonado González y Rubén José Manríquez Rico, se involucrará en ese trabajo cuando menos a 70 de sus alumnos.

Adelantó que el diagnóstico iniciará en septiembre próximo para concluirlo en octubre, encontrándose en este momento en la planeación y elaboración del instrumento de trabajo.

Asimismo, en relación con la celebración del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, que se conmemora el 12 de junio, Olivia Peralta expresó su preocupación sobre las condiciones de vida de esta población infantil, a la cual la sociedad en su conjunto no debe desatender y darle la espalda.

“Sabemos cómo transcurren su vida, oculta a la mirada de la sociedad, encontrándose aislados y alejados de sus familias. Por ello, estos menores son particularmente vulnerables a la explotación, y las historias de abuso son muy frecuentes”, concluyó.

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