Inicio Carlos Sánchez De tradición y nuevas rolas: búsqueda e interpretación musical

De tradición y nuevas rolas: búsqueda e interpretación musical

La niña ondea su pelo. Baila sobre el escenario. Proyecta su voz. Con esmero, como si en ese instante la vida le diera una última oportunidad.

Ella es integrante de Espíritu Yaqui, de Vícam, Sonora, uno de los grupos musicales participantes en el concurso De tradición y nuevas rolas, que organiza el Instituto Sonorense de Cultura, en coordinación con la Secretaría de Cultura, en el contexto de la celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.

El escenario es el auditorio Ana María Olea Encinas, en torno a la Biblioteca Pública Jesús Corral Ruiz de Ciudad Obregón, Sonora.

Allí la manifestación musical es el orden del día, con la participación de nueve agrupaciones, todas de origen indígena: mayo, seri, yaqui.

Como un rescate de la tradición, como una búsqueda de nuevas maneras de decir el arte musical, como lo marcan los lineamientos de la convocatoria.

De esta entrega musical vista por espectadores y jurado, será elegida la de mejor calidad en su interpretación, para representar a nuestro estado en un concurso nacional.

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En este certamen participaron como jurados el antropólogo e investigador Alejandro Aguilar Zéleny y el artista visual, maestro, músico, Francisco Cocó Ramírez. Ambos deliberarán respecto de la mejor propuesta musical.

Francisco Cocó Ramírez comenta que este acontecimiento se vuelve interesante: “Porque estamos en esta situación de lo tradicional y este ya mestizaje que existe y estoy viendo hasta neomestizaje, ahora con esto que le llaman las culturas híbridas y las globalizaciones, ya estamos comenzando a ver también otro tipo de circunstancias musicales.

“Ya el año pasado fue la situación del hip hop con los Matchuk Bemela y ahora por ejemplo ya estuvimos escuchando, en el caso de los compañeros seris, algo de hard rock, colocadito, ya hubo ska con los de Espíritu Yaqui, por ejemplo, un poco de regué, musicalmente el abordar otros géneros lo vuelve interesante, obviamente no deja de predominar el norteño, sierreño, la guitarra de doce cuerdas, la convencional y el bajo, y también allí sí con las canciones tradicionales asentadas tradicionalmente: Flor de capomo, La Meregilda, María Antonia, etcétera, pero yo lo veo esto como un buen cóctel sonoro que está poniendo en claro cómo se ha ido combinando la circunstancia cultural de nuestros pueblos de Sonora y que al fin de cuentas es ya una situación inevitable de la historia.

“Respecto a los elementos técnicos había algunos grupos que al llegar no traían ni la pila para el bajo, algunos otros no traían ni cables, otros buscando el afinador, algunos llegaron impecables, sin hacer un ruidito arriba del escenario y bien amarrados, sonando tremendo, y uno se da cuenta dónde hay ensayos, dónde no y donde hay maña, lo digo como músico. Los grupos mayos se ven muy entusiastas, tienen mucha actitud escénica, eso me gustó mucho y acá los compañeros seris están siguiendo pasos del fenómeno que se está dando con Hamac Caziim.

“De entrada esto es muy bueno porque está haciendo también voltear al yori, al blanco, quien también quiere estar experimentando con los instrumentos de las etnias. Yo siento que a mediano plazo se van a dar combinaciones muy interesantes”.

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