El escenario dispuesto. La exploración de otros espacios. El Palacio de Gobierno del Estado de Sonora, por ejemplo.
Aquí la Orquesta Juvenil de Sonora (OJUSON), de la mano de su director Flavio Herrera, excita la convocatoria. Y como un plus precioso, la invitación al trompetista Daniel Marcel Crespo.
Daniel Marcel Crespo, quien es oriundo de Alemania, comenzó sus estudios siendo un niño gracias al entorno familiar que lo orientó primero al piano y después a la guitarra. Ante la exploración de varios instrumentos, Crespo a sus diecisiete años se decidió por la trompeta.
De Alemania para Sonora. En compañía de esta jovialidad musical propuesta por los integrantes de la OJUSON.
Los espectadores, en contexto de arte plástico, los murales de Palacio, a un lado de dos árboles que prestan su dosis de belleza, fueron parte esencial del concierto, acudieron a la cita, puntuales. Estuvieron allí para regocijo de sus emociones.
Los espectadores que pudieron apreciar la propuesta: popurrí de canciones tradicionales, Obertura mexicana, como apertura. En el siguiente acto la invitación para el trompetista.
Y entonces ocurrió más magia: Concierto en Eb para trompeta y cuerdas de Johann Baptist Georg Neruda. La trompeta un estímulo para el encanto.
Al curso de la noche, con el público y su atención, llegaron más piezas. Daniel Marcel Crespo sudando de emoción, agradeciendo los aplausos. La energía edificante que construye la música.
Qué impresionante que una trompeta genere el recorrido del mundo, qué impresionante que un trompetista, una orquesta, nos haga coincidir.
Noche de Palacio, la transformación del espacio. Un recinto dispuesto para el arte.
