El 11 de enero de 2018 se conformaba el Colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora, un grupo de mujeres en su mayoría madres de personas desaparecidas en Guaymas y Empalme. Aunque también hay esposas, hermanas, hijas, abuelas…

En ese tiempo, Las Rastreadoras del Fuerte con Mirna Nereida Medina, activista que también sufrió la desaparición de un hijo en Sinaloa y ante la falta de atención de las autoridades decidió buscarlo por su propia cuenta y con sus propios medios…de la misma forma, las Guerreras Buscadoras intentan encontrar a sus “tesoros” como los llaman para terminar con la angustia, la incertidumbre y la zozobra de no saber dónde y cómo se encuentran sus familiares.

Este 11 de enero de 2019, en el aniversario de la formación del colectivo, las Guerreras realizaron su primer hallazgo como grupo organizado. En un domicilio ubicado en la calle 28 de la Colonia Libertad los restos de Leonor Anahí de 17 años fueron encontrados enterrados en el patio de la casa envueltos en una bolsa negra. Es la primera vez que encuentran un cuerpo con la certeza de que se trata de la hija de una de ellas. Doña Chuyita, estaba presente, mujer mayor y madre de la joven que desapareció desde el 1 de septiembre cuando salió de un baile en la madrugada. Junto a ella, otras dos jóvenes más también desaparecieron. Ella vio cuando destaparon la bolsa y la ropa coincidió con la de su hija. Además ella misma recibió la pista que llevó a encontrar a su hija. El 28 de diciembre, en la misma casa, a un metro de distancia encontraron otro cuerpo, otra de las jóvenes que desapareció esa misma noche junto a Leonor Anahí, estaba enterrada ahí. Con solo 23 años, se presume que se trata de Fernanda. Este sábado por la mañana su madre se enteró de que su hija fue encontrada muerta y enterrada en un patio. Ahora deben esperar las pruebas de ADN solo para confirmar lo que ellas ya saben.

La historia de María Teresa no es muy distinta, su hermano fue levantado a las 2 30 de las tarde afuera de un banco en plena calle Serdán en el centro de Guaymas, en la calle más transitada de la ciudad y frente a la mirada de la gente, desde ese día hace tres años y 5 meses no han sabido dónde está. El responsable está recluido en el CEFERESO de Hermosillo pero por otros delitos, lo identificaron por el video de vigilancia de un establecimiento frente a donde lo golpearon para subirlo a un carro. Pero ella y su madre dicen que no quieren que el responsable pague por lo que le haya hecho a su hermano, solo buscan saber dónde está. Vivo o muerto. Así, otras familias de Guaymas y Empalme viven con la misma duda, algunas como la de Susana no tienen un familiar desaparecido, en su caso son 4 los que no están, un hermano, una hermana, un sobrino y una sobrina, aquí, ella debe mantenerse de pie porque sus hijos la necesitan a pesar del dolor que siente cada día por la ausencia de sus familiares, los efectos colaterales estaban destruyendo a su propia familia.

El panorama no es alentador, los reportes siguen llegando, las fotos siguen llenando la memoria del celular de María Teresa Valadez quien ahora no solo busca a su hermano sino a los demás desaparecidos del colectivo y otros que no forman parte del grupo pero piden ayuda. En las calles de Guaymas y Empalme, en las colonias hay postes con volantes pegados buscando a alguien, en las redes sociales los reportes son desgarradores pero la lucha sigue, ellas afirman que la esperanza de encontrar a sus familiares sigue fuerte a pesar de los años aunque en la mirada la respuesta es una menos optimista. Lo que sigue es continuar abriendo puertas para que otros atraviesen el calvario de una forma menos dolorosa como ellos lo están haciendo y se está logrando. Lo bueno sería que no siguieran desapareciendo personas, porque en muchas casas, en cada mesa cada vez más hay al menos una silla vacía.

 

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