Lograr que las mujeres de Sonora, logren comprar la idea de que es mejor prevenir que lamentar, es el reto de todos, autoridades del sector salud y especialistas en la materia en medicina privada.

Que las mujeres entiendan que es mejor fomentar hábitos saludables y heredar heredarlos a sus hijos es el principal objetivo de los especialistas en cardiología no sólo en la entidad sino en todo el País.

Es preocupante que cada año mueran más mujeres, porque no le damos la importancia que se debe, ni en casa ni por parte de las autoridades, advirtió Edith Ruiz Gastelum.

La cardióloga, integrante de la Sociedad Mexicana de Cardiología, lamentó que en la actualidad para las autoridades de salud, este tema, no es prioridad.

Y tan no es prioridad que no existen campañas de prevención, no hay una política pública enfocada a prevenir los infartos en mujeres, con las especificaciones que se tienen en relación a la sintomatología, lo más básico que es el diagnostico no se da, por la falta de conocimiento de los médicos generales. No existe la cultura de mandar hacer exámenes periódicos para cuidar el corazón.

Ante este panorama lo más importante que se debe hacer, dijo, la especialista es cambiar hábitos alimenticios y de vida, partiendo de la premisa, que vale más prevenir.

Si seguimos estas sencillas recomendaciones, podremos tener una mejor calidad de vida.

1- Realizar ejercicio físico para evitar el sedentarismo: además de mantener el corazón en buen estado, la actividad física conlleva muchos beneficios colaterales, como prevenir y controlar el exceso de peso, baja la presión arterial, previene la arterioesclerosis y la aparición de várices, además de, calcificar los huesos y mejorar la postura corporal.
En adultos lo recomendable es hacer por semana al menos 150 minutos de actividad física de intensidad moderada, o 75 minutos de intensidad vigorosa, preferiblemente repartidos en varios días.
El ejercicio más recomendable es del tipo aeróbico: correr, caminar con energía, nadar, o andar en bicicleta.
Hay que realizar chequeos cardíacos anuales, sobre todo si se practica deporte.

2- Beber dos litros de agua por día: ayuda a que el cuerpo se mantenga bien hidratado (recordemos que el 70 al 80 por ciento de nuestro organismo es agua).

3- Tener una dieta sana: la alimentación de una persona saludable debe constar, principalmente, de frutas, verduras, cereales, carnes magras y pescado. Se aconseja reducir el consumo de grasa (especialmente grasa saturada) y colesterol (carnes rojas grasas, leche entera, quesos elaborados con leche entera, huevos, platos a base de crema y postres que contengan mucha grasa), y priorizar la grasa que procede del aceite de oliva, frutos secos y pescado azul, por sus beneficios sobre el sistema cardiovascular.
El aporte de fibra (cereales integrales, legumbres, frutas) también es muy importante.

4- No fumar: el tabaco, con sus numerosos agentes químicos y cancerígenos que contiene, ejerce un efecto nocivo sobre el sistema cardiovascular, favorece el riesgo de trombosis y provoca una reducción del calibre de las arterias coronarias dificultando el riego del corazón. Por tanto, es imprescindible, evitar el tabaco de forma activa así como el tabaquismo pasivo (ambientes de fumadores).

5- No abusar del alcohol: el consumo de alcohol moderado (uno a dos vasos de vino tinto al día) se ha relacionado con una disminución de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, está demostrado que el abuso del alcohol es perjudicial para la salud.
Diversos estudios han descrito una relación entre un consumo de alcohol excesivo y la aparición de enfermedades cardiovasculares, por ello, es recomendable moderar su consumo y limitarlo a un vaso de vino tinto para acompañar las comidas.

6- Mantener un peso óptimo: Es importante que se conozca el pedo ideal para cada persona, y poder mantenerlo estable, debido a que si hay un incremento del peso, aumentan los riesgos para enfermedades cardiovasculares.

7- Controlar la presión arterial: se considera hipertensión cuando las cifras de la presión arterial están por encima de 140/90mmHg. La hipertensión puede ser asintomática o bien generar síntomas como dolor de cabeza, vértigo, dificultad para respirar y palpitaciones. Si se redujera el consumo de sal al nivel recomendado por la OMS, se podría evitar hasta 1 de cada 4 ataques al corazón o accidentes cerebro vasculares.

8- Bajar el colesterol: el exceso de colesterol en sangre se acumula en las paredes de las arterias, contribuyendo al proceso de arterioesclerosis. Se considera hipercolesterolemia a los niveles de colesterol total superiores a 200 mg/dl, un factor determinante en la aparición de la enfermedad cardiovascular. Está demostrado que las personas con niveles de colesterol en sangre de 240 tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio que aquellas con cifras de 200. Además, el colesterol alto no da síntomas y sólo lo hacen sus consecuencias.

9- Separar los espacios de trabajo de la distensión y el recreo: saber que el trabajo tiene una hora de terminación ayuda a disponer tiempo para el descanso y la actividad física. Una mente distendida es muchas veces una mente aliviada, que nos llevará a reducir los niveles de estrés y a cuidar el corazón y el organismo en su totalidad.

10- Respetar el sueño: el mal descanso genera un impacto en lo físico, pero también en la mente, lo que nos puede llevar a un estado de estrés recurrente, que termina afectando nuestro corazón y todo el organismo. Investigaciones médicas indican que para tener buena salud se deben dormir al menos 6 horas por día y, de ser posible, una siesta de entre 20 y 60 minutos diariamente.

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