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¿Te vas de viaje? Esto es lo que no debe faltar en tu botiquín

Si vas de vacaciones fuera de casa es necesario que prepares un botiquín de viaje para llevarte. Hay medicamentos y utensilios básicos que debes incluir en este botiquín para prevenir pequeños problemas muy habituales en cualquier destino vacacional.

En nuestro equipaje de vacaciones, nunca deberíamos olvidar tener un botiquín, ya que siempre podremos encontrarnos con imprevistos que pueden estropear nuestros días de descanso”, nos advierte el doctor José Carlos Bastida, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) de Galicia.

Por eso le hemos pedido que nos ayude a preparar ese material de primeros auxilios, para tener más garantías de que disfrutaremos de estos días.

QUÉ PONER DENTRO DEL BOTIQUÍN EN VACACIONES

En cuanto a su contenido, no se trata de irnos con un hospital a cuestas. Primero de todo, no olvidar las medicaciones habituales. En el caso de los alérgicos, los antihistamínicos o corticoides recetados por su médico.

Unas lágrimas artificiales no suelen estar en nuestro botiquín pese a que la irritación de ojos es habitual

Por lo demás, debería abarcar aquellos contratiempos que pudieran sobrevenirnos en nuestro viaje, y que podemos solucionar nosotros mismos.

  • Analgésicos (paracetamol), antiinflamatorios (ibuprofeno), ácido acetil salicílico: para dolores de cabeza, musculares, menstruales, y golpes.
  • Un termómetro.
  • Materiales de curas: antiséptico (cristalmina), gasas, tiritas y esparadrapo.
  • Lágrimas artificiales. Es época de fácil irritación de ojos.
  • Si somos propensos al mareo en los viajes, algún producto para prevenirlos (biodramina).
  • Unas pinzas para retirar pinchos u otros objetos que se hayan clavado.
  • Productos para aliviar picaduras de insectos o pequeños golpes.

QUÉ LLEVAR EN EL BOTIQUIN SI VAS DE VIAJE

En verano también hay una serie de productos que es obligado incluir porque, dependiendo del destino, podría ser más complicado comprarlos con garantías:

  • Para trastornos digestivos: en caso necesario, antiácidos y sobres de suero oral.
  • Repelentes de insectos.
  • Foto protectores de factor 30 o superior; incluso foto protectores labiales.
  • Lociones after sun o cremas hidratantes para después de la exposición solar.
  • En estas época de pandemia, no olvidarse de las mascarillas y gel hidroalcohólico.
  • En caso de insomnio, el jet lag puede incrementar sus molestias, por lo que en caso necesario, podríamos incluir también preparados con melatonina que nos ayuda a conciliar el sueño.

No olvides, al viajar en avión, guardar en la bolsa de mano los medicamentos imprescindibles y que, si se pierde la maleta, no vas a poder comprar en destino por necesitar receta. Puedes dejar la caja para que ocupe menos, y llevarte solo el papel de la posología.

Ojo con los antibióticos -nos recuerda el doctor Bastida, porque hay países donde se consiguen fácilmente sin receta-. Y nunca automedicarse; en caso necesario, consultar con el médico.

Recuerda además que hay una serie de vacunas obligatorias o recomendadas para viajar a países en desarrollo.

LOS PRIMEROS AUXILIOS MÁS FRECUENTES EN VERANO

De viaje nos puede pasar de todo, como nos puede pasar también en casa. Pero lo que más hemos de esperar es que tengamos nuevas experiencias que nos enriquezcan como personas. Así que, lo primero es aprender a disfrutar sin agobiarnos.

Ante la picadura de una medusa, lava siempre la zona con agua de mar, nunca con agua dulce

No obstante, no está de más repasar una serie de situaciones propias de la estación veraniega y que podemos vigilar.

  • Lipotimias o síncopes. “Son pérdidas de conocimiento transitorias, la mayoría de las veces por hipotensión, debida a la deshidratación”, nos recuerda el doctor Bastida.

Solución: es conveniente beber líquidos abundantes para prevenirlas y procurar levantarse despacio si hemos estado rato tumbados o sentados.

  • Cambio brusco de temperatura. “Cuidado con las inmersiones rápidas en agua fría, ya que podrían provocarnos una hidrocución (los conocidos vulgarmente como ‘cortes de digestión’)”, explica. Al bajar bruscamente nuestra temperatura externa, el organismo redistribuye rápidamente la sangre desde nuestros órganos internos a la piel.

Solución: procuraremos entrar poco a poco en el agua, tras una exposición al sol, para que el cuerpo vaya adaptándose a estos cambios de temperatura.

  • Picaduras en las playas: medusas y fanecas. Pregunta siempre antes de bañarte y lleva gafas para saber por dónde nadas.

Solución: limpiar siempre la zona con agua de mar o suero fisiológico (nunca usaremos agua dulce) y aplicar frío en la zona. Puedes tomar analgésicos.

QUÉ HACER ANTE EMERGENCIAS MÉDICAS

Hay dos situaciones con las que podemos encontrarnos, que requieren atención especializada, pero en la que podemos dar una primera ayuda.

  • Golpes de calor. “Son una emergencia médica, en la que nuestra temperatura se eleva por encima de los 40 grados, con fallos en el sistema nervioso central, al fallar el sistema regulador de la temperatura corporal”, nos explica el doctor.

Puede ocurrir en personas que realizan actividades físicas intensas en condiciones de altas temperaturas, o en ancianos durante las olas de calor. “Suelen comenzar con calambres en las extremidades, debilidad, aumento de la sudoración, náuseas, cefalea”, enumera el especialista.

Qué podemos hacer: debemos siempre avisar a los servicios de emergencia y bajar su temperatura, llevando a la persona a un lugar con sombra, fresco, tumbándole boca arriba y con los pies elevados unos 30 cm. Aplicar compresa frías en cabeza, axilas, ingles y cuello.

Antes de intentar hacer la reanimación a un ahogado hay que llamar a los servicios de urgencias

  • Ahogamiento. “Ante todo, tres fases: proteger, avisar y socorrer. Es mejor alejar el peligro que mover al herido; ponerse en contacto inmediato con emergencias y explicarle la situación, y posteriormente ayudar a la persona tratando de salvar su vida”, explica el doctor Bastilla.

Qué podemos hacer: comprobaremos primero si la persona respira, si responde o no a estímulos.

  1. Si respira, lo colocaremos en posición lateral.
  2. Si no respira, la reanimación consiste en hacer compresiones en el tórax con las manos entrelazadas y brazos estirados, a un ritmo de 100/por minuto.

Lo correcto sería combinar 30 compresiones y dos ventilaciones. Para la respiración boca a boca, le inclinamos ligeramente la cabeza hacia atrás para que se abra la vía aérea, pinzando la nariz, y expulsamos aire en la boca de la persona.

 

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