El cannabis recetado para el dolor crónico se asocia con un riesgo elevado de trastornos del ritmo cardíaco, según una investigación presentada en el Congreso ESC 2022, de la Sociedad Europea de Cardiología, que se celebra en Barcelona.
La autora del estudio, la doctora Nina Nouhravesh, del Hospital Universitario de Gentofte (Dinamarca), recuerda que «el dolor crónico es un problema creciente. Según las autoridades sanitarias danesas, el 29% de los adultos daneses mayores de 16 años informaron de dolor crónico en 2017, frente al 19% en 2000.
Los datos de seguridad son escasos, por lo que este estudio investigó los efectos secundarios cardiovasculares del cannabis medicinal, y las arritmias en particular, ya que los trastornos del ritmo cardíaco se han encontrado previamente en los usuarios de cannabis recreativo», añade.
El cannabis medicinal se presenta en varias fórmulas según los niveles de tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD). En Dinamarca se puede recetar dronabinol (alto contenido de THC), cannabinoide (más THC que CBD) y cannabidiol (alto contenido de CBD). El fármaco puede inhalarse, ingerirse o pulverizarse en la boca.
El cannabis medicinal se presenta en varias fórmulas según los niveles de tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD). En Dinamarca se puede recetar dronabinol (alto contenido de THC), cannabinoide (más THC que CBD) y cannabidiol (alto contenido de CBD). El fármaco puede inhalarse, ingerirse o pulverizarse en la boca
Los investigadores identificaron un total de 1.6 millones de pacientes diagnosticados con dolor crónico en Dinamarca entre 2018 y 2021. De ellos, 4.931 pacientes (0,31%) reclamaron al menos una prescripción de cannabis (dronabinol 29%, cannabinoides 46%, cannabidiol 25%).
Cada usuario fue emparejado por edad, sexo y diagnóstico de dolor con cinco no usuarios con dolor crónico que actuaron como controles. Se realizó un seguimiento de los usuarios y los controles durante 180 días y se compararon sus riesgos de sufrir nuevas enfermedades cardiovasculares.
La edad media de los participantes era de 60 años y el 63% eran mujeres. El estudio informa, por primera vez, de zas condiciones de dolor crónico de los usuarios de cannabis medicinal en Dinamarca. El 17,8% tenía cáncer, el 17,1% artritis, el 14,9% dolor de espalda, el 9,8% enfermedades neurológicas, el 4,4% dolores de cabeza, el 3,0% fracturas complicadas y el 33,1% otros diagnósticos (en su mayoría dolor crónico no especificado).
El riesgo absoluto de arritmia de nueva aparición fue del 0,86% en los consumidores de cannabis medicinal frente al 0,49% en los no consumidores, lo que supone un riesgo relativo de 1,74. Los riesgos de síndrome coronario agudo de nueva aparición y de insuficiencia cardíaca no difirieron entre los dos grupos. Los resultados fueron similares para cada condición de dolor crónico y cada tipo de cannabis medicinal.
La doctora Nouhravesh resalta que su estudio descubrió que los consumidores de cannabis medicinal «tenían un 74% más de riesgo de sufrir trastornos del ritmo cardíaco en comparación con los no consumidores; sin embargo, la diferencia de riesgo absoluto fue modesta –precisa–. Hay que tener en cuenta que una mayor proporción de los del grupo del cannabis tomaban otros medicamentos para el dolor, concretamente antiinflamatorios no esteroideos (AINE), opiáceos y antiepilépticos, y no podemos descartar que esto pueda explicar la mayor probabilidad de arritmias».
«Dado que el cannabis medicinal es un fármaco relativamente nuevo para un gran mercado de pacientes con dolor crónico, es importante investigar e informar sobre los efectos secundarios graves –recomienda–. Este estudio indica que puede haber un riesgo de arritmias no comunicado previamente tras el consumo de cannabis medicinal.
Aunque la diferencia de riesgo absoluta es pequeña, tanto los pacientes como los médicos deberían tener la mayor información posible a la hora de sopesar los pros y los contras de cualquier tratamiento», concluye.