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Así es el primer implante cerebral para tratar la depresión

La depresión es la enfermedad crónica más grande del mundo y afecta a 280 millones de personas en todo el mundo, casi el 4 por ciento de la población, según la Organización Mundial de la Salud.
Ahora, un equipo de científicos ha implantado recientemente un dispositivo en el cerebro de un paciente para tratar su depresión, con la esperanza de aliviar esta condición con pulsos eléctricos cortos y pequeños en el cerebro. La cirugía fue realizada por la startup Inner Cosmos y ya están esperando el comienzo de una segunda prueba que arrancará en febrero de 2023 (Inner Cosmos es solo una de un número creciente de empresas que trabajan en dispositivos médicos que utilizan electrodos implantados para interactuar con el cerebro humano, como Neuralink).
La empresa de neurotecnología fundada por el emprendedor Meron Gribetz (a quien se le diagnosticó un trastorno por déficit de atención cuando era niño) ha presentado su primer implante neural para tratar la depresión. “Hemos construido el implante coclear para el mercado mucho más grande de la depresión, que luego también tratará otros trastornos cognitivos”, dijo Gribetz en su presentación oficial.
¿Cómo funciona?
Primero, colocan un electrodo debajo de la piel del cuero cabelludo y, por otro, la ‘cápsula de prescripción’ que se ajusta al cabello de los usuarios para alimentar el dispositivo. El diminuto implante se desliza debajo de la piel y se asienta de forma no invasiva sobre el cráneo. El implante envía pequeños pulsos eléctricos a la región del cerebro afectada por la depresión, la corteza prefrontal dorsolateral izquierda, una vez al día durante 15 minutos.
La píldora digital de Inner Cosmos funciona con una aplicación para teléfonos inteligentes, que también muestra gráficos de estado de ánimo y depresión que se pueden compartir con un médico.
La compañía recibió recientemente la aprobación de exención de dispositivo de investigación de la FDA para realizar el primer estudio en humanos. La prueba inicial durará un año, que ya está en curso con un paciente de San Luis, Misuri (Estados Unidos) y la segunda dará comienzo el próximo mes con otro paciente.
Este ensayo es el primero de su tipo en usar implantes directamente en el cráneo para tratar la depresión, y podría presagiar una nueva era de la ciencia que trata los problemas de salud mental con hardware en lugar de métodos más tradicionales como la psiquiatría y la psicología.
Este primer dispositivo es un poco más grande de lo que Inner Cosmos pretende que sea su producto final a tiempo pero, tal y como ellos afirman, es solo el primero.
Otras compañías que trabajan en este camino
Ya hemos citado Neuralink, de Elon Musk, quien hace no muchos meses realizó una demostración de producto con el chip instalado en el cerebro de un mono, lo que le permitía controlar un teclado en una pantalla y escribir oraciones completas.
También está Synchron, que comenzó las pruebas en humanos en julio; su implante cerebral permite al usuario controlar un ordenador usando solo el pensamiento.
Y también podemos citar Stentrode, cuyo implante del tamaño de un clip, se implantará en seis pacientes de Nueva York y Pittsburgh con parálisis severa.

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