El papa Francisco, quien es hijo de inmigrantes, hizo historia al pronunciar su primer discurso papal ante el Congreso de Estados Unidos, implorándoles este jueves a los líderes estadounidenses que acepten a los inmigrantes como si fueran sus propios hijos, dejando a un lado las diferencias políticas para aceptar a “aquellos que viajan hacia el norte en busca de una vida mejor”.
En un discurso en el que amable pero firmemente urgió a los estadounidenses a alejarse del parálisis partidista que año tras año ha impedido que el Congreso avance en la reforma de inmigración, el Papa utilizó las enseñanzas católicas tradicionales y elogió los íconos estadounidenses, incluyendo a Abraham Lincoln y Martin Luther King Jr., sacando lecciones de su trabajo y urgiendo al Congreso a rechazar la moderna tendencia hacia la polarización.
“Cada hijo e hija de un país tiene una misión, una responsabilidad personal y social”, dijo el papa en inglés, con mucho acento extranjero.
“Su propia responsabilidad como miembros del Congreso, a través de su actividad legislativa, es la de permitir que este país crezca como nación”.
Al continuar con el viaje que fue diseñado para mostrar el enfoque del Papa en los pobres, inmigrantes y marginados, Francisco se dirigió directamente del Capitolio a la Iglesia de San Patricio y la cercana sede de las Caridades Católicas que se encuentra en el Centro de la ciudad.
En la iglesia, bendijo a una audiencia de aproximadamente 300 personas que incluyeron personas que acuden asiduamente a las Caridades Católicas los que no tienen hogar, enfermos mentales, víctimas de abuso e inmigrantes recién llegados y feligreses de un barrio que se ha convertido en la última década de marginado a un atractivo.
EL DIARIO
