Fotografía:Yonathan Robles (tomada de internet)

 

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La noche del 27 de mayo de 2010 cayó un símbolo para los habitantes de Hermosillo, el «Flash» como lo llamaba la gente y donde era costumbre celebrar los goles de nuestra fallida selección mexicana de fútbol. De eso han pasado ya 6 años.

Hoy es de nuevo tema en la agenda social e informativa de nuestra ciudad, por una orden del cabildo del Ayuntamiento de la ciudad el Hermosillo Flash deberá de restituirse en su lugar original. Hay en juego también 77 millones de pesos que le tocan a la familia del finado periodista Eduardo Gómez Torres ahora por indemnización. Así que por un lado el gobierno local quiere mejor que se levante de nuevo la estructura y la familia afectada en su momento, obvio, quiere el dinero. ¿Qué pasará? Eso lo sabremos en los próximos días.

En su momento, esa noche del 27 de mayo hace 6 años ya, en la esquina del Encinas y Rosales donde empieza el Rodríguez estuvo parado el que era Secretario de Infraestructura en el estado José Inés Palafox Nuñez quien rodeado de algunos trabajadores suyos vio casi con una mirada de satisfacción como el Flash cayó, esa noche estuve ahí y pude preguntarle ¿cuánto costó la caída del Hermosillo Flash? a lo que el entonces funcionario contestó: Nada más empujarlo y se cayó…

El costo real se ha reflejado 6 años después, los 77 millones que el Ayuntamiento podría pagar, saldrían de los recursos destinados a la gente, del dinero público que si no se llega a un acuerdo será para pagar a la familia que se afectó en vez de pavimentar más calles o comprar uniformes a bomberos, hay muchas cosas que pueden lograrse con esos 77 millones de pesos.

El costo para la gente es que si se vuelve a construir el Hermosillo Flash el flujo en una vialidad que apenas se da abasto para la circulación se verá afectado y de nuevo, somos la gente, los ciudadanos quienes pagaremos el costo de esas decisiones políticas que a decir de José Inés Palafox no tuvo ningún costo, solo empujones y ya. Ya vemos que no fue así.

Ahora, si el Hermosillo Flash vuelve, deberá ser en otro formato, la utilidad que tuvo hace más de 30 años ya no lo es más, ¿ver la hora? teléfono celular. ¿La temperatura? teléfono celular. ¿Los resultados del beisbol? Redes Sociales. ¿Esquelas? Redes Sociales y Whastapp. ¿Noticias? Las redes sociales hacen que la mirada de la gente esté enfocada en el teléfono celular y no en una pantalla que de manera lineal pasa un scroll con texto. Ya no es igual hoy que hace unos años cuando el Flash de verdad informaba a la gente de la ciudad.

Claro que la nostalgia vende y muchos dirán que el «Flash» debe volver, que es parte de la historia de la ciudad, pero ¿hasta donde conviene que se construya de nuevo? Cada quien tendrá su opinión. El punto a reflexionar es que las decisiones de quienes nos gobiernan deben ser tomadas con argumentos más sólidos que de verdad piensen en la gente y no solo en desquites políticos.

Usted tiene la última palabra.

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