¿Hasta donde es relevante el caso de la joven que durante su despedida de soltera se dejó llevar por el deseo y se besó con otro hombre que no era su prometido? Periodísticamente no lo es. Ni siquiera que le hayan cancelado el compromiso debido a que se hizo viral en las redes sociales.
Entonces por qué todos hablan de eso en Facebook, Twitter o a través de los grupos de Whatsapp, entonces por qué los medios de comunicación le damos espacio en nuestras páginas y en nuestros portales. Pues porque es un camino fácil para lograr clicks que aumenten nuestras estadísticas. Triste pero así es.
¿Y la ética? La ética no vende y no genera clicks, ni likes, ni hace Trending Topics, dirían algunos. Sin embargo aquí hay que considerar varias cosas.
La ética no es para vender más periódicos, ni para lograr más visitas en nuestros medios, es un compromiso que cada uno de nosotros tiene con el trabajo, con la gente y con la profesión. Es algo que debe prevalecer y que como valor al lector y a los clientes es algo que se proyecta y no basta con decir que se tiene.
Hasta ahí, todos los medios somos libres de publicar lo que nuestra ética nos dicte. Ahora si que cada quien.
Por otro lado, somos morbosos, nos gusta enterarnos de las cosas que le pasan al vecino, al compañero de trabajo y en cierto punto es humanamente natural, es más hemos crecido con este modelo, así nos educó Paty Chapoy, Pepillo y esos que se llaman periodistas del corazón. ¿Pero hasta donde es el límite?
El respeto por la vida ajena debe ser fundamental, respeta para que te respeten y tener en cuenta que en estos tiempos todos somos blanco potencial de estos linchamientos en redes sociales. Es muy difícil que se eviten estos casos sin embargo es una cuestión de educación si somos parte o no de la viralización de estos videos o fotos. Al final, entre menos nos prestemos a ponerle atención a cuestiones personales ajenas terminaremos por entender que no nos importa ni nos afecta y dejarán de ser virales. La sociedad cambia sus intereses, si es posible y depende de nosotros mismos.
Claro que todos tenemos derecho a opinar eso es indiscutible, pero empecemos por ser responsables por elegir los foros y la manera donde lo hacemos. Pensemos que nuestros juicios tendrán una repercusión en la vida de alguien y eso puede salir muy caro. Si no, recordemos que recién una mujer italiana llamada Tiziana Cantone se quitó la vida por la cruel opinión pública que la juzgó y se burló porque un video de ella teniendo sexo fue expuesto en redes y viralizado. Al final ella se cansó de ser señalada y decidió colgarse con una bufanda. Ahora hay una investigación que legalmente tendrá consecuencias para quienes divulgaron el video e incluso quienes se colgaron de este para hacer camisetas, programas de televisión y contribuyeron a que este mujer de 31 años viera su vida privada echa pedazos al punto de mejor quitarse la vida.
http://centralinformativa.tv/2016/09/se-suicida-joven-mujer-cuyo-video-sexual-se-viralizo-en-redes/
En este caso, un compromiso de matrimonio se rompió, las razones ellos las conocen y pertenecen a los dos involucrados directamente. El contexto no lo sabemos, solo vimos unos segundos de un video y fotos que congelaron el momento que después cada quien interpretó como quiso. Pero si la mujer se besó con otro ¿a quién le importa? Si no habrá boda ¿que relevancia tiene? Hay que ver hasta donde esto es una noticia que merece tanta atención y hasta donde es un chisme que solo sirve para alimentar nuestros prejuicios, darnos golpes de pecho y juzgar porque no somos en este momento quienes estamos bajo el ojo del escrutinio en las redes sociales.
Si fueras tu, o tu hermana, o tu novia o una amiga quienes aparecieran en el video, ¿le darías like? ¿lo compartirías? ¿Lo publicarías?