Leía anoche, antes de dormir, sobre una iniciativa realizada aquí en Hermosillo por ciudadanos simples, como tú y como yo; se trata de un grupo de personas que utilizan sus propios recursos, su energía vital y el amor que indiscutiblemente sienten por su comunidad, para tapar los baches en las calles. Bien por ellos y desde aquí mi apoyo absoluto. Por cierto, se pueden encontrar en Facebook como “Bachesquad”, no estaría mal que te pasaras por ahí.

Lo que llamó mi atención de inmediato, además del entusiasmo de esta gente, fueron los comentarios que muchos usuarios de las redes sociales dejaron por ahí; hablo básicamente de dos tipos de respuesta: la de los entusiastas, los que motivados por lo que veían no dudaban en proponerse ellos mismos para participar del “bacheo” improvisado; y los escépticos de toda la vida, los saboteadores idiotas de siempre: “Eso no sirve de nada”, “los van a venir aplastando”, “se ve que no tienen nada que hacer”, decían algunos; otros apuntaban en una línea un poco más elaborada: “Eso lo debería hacer el gobierno, no los ciudadanos”.

Frente a esto yo lo tengo muy claro: es deber de todos los ciudadanos hacerse cargo del lugar en el que viven. Es más, creo que la participación de la gente es un síntoma claro de una comunidad saludable, un colectivo que asume como propio el deber de construir el hogar común que desean y merecen. Esta iniciativa espontánea me parece tiene un alto valor pedagógico: los más chicos deben ver, comprender y en la medida de lo posible también participar de este tipo de actividades. El ciudadano no debe, ante situaciones de emergencia como las que sin duda alguna vive Hermosillo en estos momentos, permanecer en su casa esperando que los poderes humanos o divinos resuelvan los problemas.

Ahora, yo me pregunto, si el gobierno no hace aquello que se supone está obligado a hacer, en este caso construir y mantener las calles y avenidas de la ciudad, qué sentido tiene entonces que la gente continúe pagando sus impuestos y colaborando con una serie de burócratas ineptos, incompetentes, inmóviles y cínicos. Si el gobierno no sirve debe terminar donde terminan todas las cosas que han dejado de servir: en la basura.

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