Inicio Destacado La importancia de que los niños con síndrome de Down “hablen más”

La importancia de que los niños con síndrome de Down “hablen más”

Por: Maroly Solís Zataraín

En la colaboración pasada hice referencia a una especialista en lenguaje y habla, que identifica estos procesos como relevantes en la vida de toda persona, y aún más, como retos para aquellas que presentan alteraciones genéticas, físicas o anatómicas, como es el caso de las personas con síndrome de Down.
Y que por lo tanto, estas personas con necesidades especiales deben recibir cierta estimulación a través de sesiones que comúnmente se denominan como terapias de lenguaje, sin embargo existe cierta confusión a la hora de buscar esta ayuda, porque los padres pensamos que esta terapia los hará “hablar bien”.
Cuando debiera de ser nuestro mayor objetivo el que hablen más, que entiendan más, que los conceptos que adquieran puedan ser expresados, que no sean por repetición o instigación. De ahí la importancia de distinguir como se compone una terapia de lenguaje y cómo podemos ayudarlos a estimular estos procesos en lo particular.
La Lic. Monserrat Díaz del Centro de Rehabilitación del Lenguaje y habla, como terapeuta nos hace hincapié en que el habla representa el mayor de los retos en estos procesos de comunicación en personas con trisomía 21, debido a diversas condiciones físicas o características propias de este síndrome.
La pronunciación es la parte más afectada de los niños con síndrome de Down, sin embargo es de regla que se lograrán mejorías articulatorias y de pronunciación, siendo ésta la última etapa la que debemos proyectar como objetivo a lograr dentro de estos procesos de aprendizaje.
Debemos buscar primeramente que los niños que asisten a estimulación de lenguaje, “hablen más” y no que “hablen bien”, porque los avances son imperceptibles a nuestra vista u oídos, sin embargo el proceso de aprendizaje del lenguaje receptivo continúa, aunque los niños balbuceen o pronuncien mal las palabras.

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La mayoría de los padres que llevamos a nuestros hijos a terapias de lenguaje queremos que hablen bonito, sin tomar en cuenta las necesidades y habilidades que cada niño tiene, por lo tanto sus avances se hacen invisibles a la hora de las valoraciones, además que pueden implicar periodos largos para ver resultados.
En teoría los padres queremos que “hablen bien” los niños, pero para los terapeutas o especialistas esto significa que se comuniquen, que estructuren silabas, frases, que comuniquen una idea y puedan expresarla, más que logren pronunciar correctamente una palabra por repetición o imitación.
Siendo el mayor de los retos el habla y la pronunciación de las personas con trisomía 21, podemos ser testigos de jóvenes, incluso adultos mayores que presentan estas características de malas pronunciaciones, incorrectas formas de expresar ideas o frases sin contexto, o simplemente no logran la comprensión adecuada para responder una pregunta.
Las habilidades del lenguaje se pueden adquirir en cualquier etapa de las personas con síndrome de Down, siendo lo más óptimo comenzar desde pequeños para que pueda reflejarse en un buen desarrollo, interacción social, adquisición de otras habilidades educativas o de otra índole.
Que posteriormente llevarán a que adquiera las habilidades de la grafía o la escritura, que constituye otra parte fundamental que hay que lograr en todos los niños con necesidades educativas especiales. Primero hay que afianzar el lenguaje receptivo, el seguimiento de instrucciones, lenguaje espontáneo y otros procesos, antes de poner como objetivo un nuevo reto.
La mayor preocupación de los padres, que es externada al iniciar sus terapias de lenguaje es que los niños con síndrome de Down hablen correctamente, pero para llevar a cabo un programa de esta índole deberá atender terapia del habla, del lenguaje y de habilidades auditivas.
Muy diferente lo que sucede con otros niños sin síndrome de Down, que sólo tienen trastornos del lenguaje o trastorno del habla porque no pronuncian alguna letra o presentan dificultades para expresar sus ideas, que logran avances y cumplen sus objetivos en periodos más cortos.
Sin embargo la constancia forma parte esencial para lograr estos objetivos, se debe dar un correcto seguimiento en forma y tiempo a los programas que se vayan a aplicar en nuestros hijos para estimular su lenguaje, de nada servirá brincar de un programa, centro rehabilitador u otra institución a otra, sin tener una continuidad.
Después de algunas lecturas que hice en libros e internet, junto con las recomendaciones de la Lic. Monserrat Díaz, queda claro que lo que se debe buscar como objetivo principal es que nuestros hijos con discapacidad intelectual sean capaces de comprender, analizar y expresar los conceptos obtenidos.
Por lo tanto yo quiero que mi hija con síndrome de Down “hable más”, en vez de que “hable bien” sin sentido.
*** Para mayor información con la Lic. Monserrat Díaz, Directora del Centro Rehabilitación del Lenguaje, mayor información: rehabilitaciondelenguaje03@gmail.com

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