«Canela» llegó a la calle Isabel La Católica hace poco más de 3 semanas en Las Isabeles. En el domicilio 590 de la calle fue acogida por Alán Flores y su hermana Lilian, la alimentaron y le dieron un techo al que solo iba por las noches para comer. Una semana después ya era parte de la casa durante todo el día junto a otros perros que antes habían llegado igual que ella. Alán es rescatista de perros de la calle, si están enfermos los atiende y cuando están en condiciones los pone en adopción.

Hace unos días, «Canela» estaba echada en el pavimento cuando un vecino dos casas adelante del hogar donde la acogen la atropelló y además la dejó bajo las llantas del carro a pesar de que la perra lloraba de dolor.

Dos niños que jugaban en ese mismo momento le indicaron al vecino que había atropellado a «Canela» y que seguía bajo el carro. Indiferente se bajó del vehículo y se metió a su casa. Para ese momento la madre de Alán y Lilian se percató de los hechos y le pidió al vecino que moviera su carro. Más vecinos salieron al escuchar a la perra que lloraba cada vez más fuerte.

Luego de varios minutos de negarse a mover el carro y tras decirle a los vecinos que «no pasaría nada, solo apestaría a perro muerto» el señor en cuestión salió y liberó a «Canela» de las llantas de su pick up. Se volvió a meter a su casa.

Lilian que para ese momento trataba de encontrar a la perra para llevarla al veterinario quiso hablar con el vecino para reclamarle la crueldad con la que había tratado a «Canela» sin embargo ante la condición de la mascota prefirió atenderla y llevarla al médico.

Nadie pudo hacerlo salir a dar la cara. Solo quedaron indignados por la falta de respeto a la vida que había quedado en evidencia esa tarde.

canela

 

De vuelta a casa

Hoy «Canela» está de nuevo en casa, luego de un par de días en el veterinario salió con heridas externas que pronto sanarán pero ahora está retraída y desconfía de quien se acerca a ella. Aunque poco puede hacer porque moverse es difícil por sus patas lastimadas.

Al igual que ella están varios perros más que ahora juegan y corren en el pórtico de la casa y que están esperando ser adoptados después de varios meses de sanar heridas que los pusieron al borde de la muerte y que gracias a los cuidados de la familia de Lilian y Alán ahora son animales en condiciones de ir a un nuevo hogar.

A pesar de que antes era molesto para los vecinos, poco a poco han ido adaptándose a ver perros que llegan y se van pues la familia se ha mantenido en comunicación con ellos y sobre todo, mantienen la higiene del lugar para evitar malos olores y suciedad en la calle. El problema ha sido con el vecino que antes ya había manifestado su descontento hacia los animales y que sin considerar el sufrimiento de «Canela» la atropelló deliberadamente.

 

 

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