La antesala de la Agencia del Ministerio Público del sector 1 en Guaymas está llena. En su mayoría mujeres esperan sentadas, al teléfono unas, otras con la mirada fija en la ventana. Algunas platican entre ellas y una llora en la silla de la esquina. Están ahí porque esperan noticias de sus familiares desaparecidos.

En la calle 15 en el centro de Guaymas, a unas cuadras de ahí, están las oficinas de la Fiscalía de Justicia. En el segundo piso una sala también está abarrotada. Esperan para dar muestras de ADN que permitan encontrar a hermanos, padres, madres, hermanas, hijas y demás familiares que han desaparecido en los últimos años en Guaymas y Empalme. Afirman que son más de 40 personas las que no volvieron a su casa luego de ser “levantados” en plena calle, en muchos otros casos los vieron subir a un taxi del cual no supieron destino y jamás volvieron a verlos. A otros los sacaron de sus casa a la fuerza ante la mirada de sus familias. Todos guardan una esperanza aunque sea de encontrar un resto físico. Ya ni siquiera de encontrarlos con vida. Lo que sea para darles un último adiós pues entre más pasa el tiempo, menos hay la oportunidad de sentirlos, de abrazarlos, de verlos a los ojos y que haya brillo en ellos.

 

Por este motivo y por lo que las familias consideran una falta de esfuerzo de las autoridades de la Fiscalía General de Justicia para investigar los casos de verdad es que han creado el grupo “BUSCANDO NUESTROS TESOROS” para ayudarse entre sí, dar pistas, pedir apoyo de otros grupos y entre ellos mismos buscar a sus familiares. Al menos ahí han recibido indicios de los motivos y pistas de los sucedido, aunque prefieron no hablarlo por miedo a las represalias que pudieran ocurrir. Pero no se trata de buscar culpables, para eso dicen debería estar la autoridad.

 

Desde hace años, 2, 3, o meses, 5 o 7, algunos más y otros menos piden que se reconozca por las autoridades estatales la cantidad de desaparecidos que hay en los dos municipios donde existen familias que no solo han perdido a un familiar. Hay casos donde hasta tres en un solo mes han sido privados de su libertad.

 

Por eso, con los restos que fueron descubiertos el pasado 15 de enero, la esperanza surgió en las familias de los desparecidos que atentos a cualquier hallazgo acuden a preguntar si en el lugar encontraron alguna identificación, prenda de vestir o algo, cualquier cosa que pudiera dar la pista para identificar a uno de sus familiares.

Este sábado “Las Rastreadoras” un grupo del Fuerte Sinaloa llegó a Guaymas para ayudar a las familias a peinar la zona buscando más restos. Cosas que los peritos hayan pasado por alto y que también ayude a 11 familias de Choix a ver si se pudiera tratar de 11 pescadores que desaparecieron en Sonora hace tres años. Familias de ellos también llegaron con esa esperanza.

 

Luego de tres horas de búsqueda en la zona del Cañón del Nacapule, “Las Rastreadoras” y las familias de los desparecidos de Sinaloa y Guaymas lograron recabar evidencia importante además de las 144 piezas que la fiscalía levantó los primeros días. Vértebras, pedazos de pelvis, costillas y una lona con restos que indican los cuerpos que ahí estaban fueron llevados sin vida al lugar y quemados posteriormente. Todavía el olor era fuerte y fétido, todavía el dolor era fuerte, como el primer día que ellos dejaron de ver a sus familiares.

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