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Cerrando ciclos y abriendo nuevos retos

Cuando un niño  con o sin discapacidad finaliza una etapa escolar nos crea un respiro momentáneo, pues vendrán nuevos retos que tendrán un mayor nivel de complejidad educativa, social y personal.

Es así, que en estas fechas que están finalizando los ciclos educativos como lo marca la Secretaría de Educación Pública en México, los padres de familia ya nos encontramos en las etapas de análisis y cuestionándonos aspectos relevantes de las futuras escuelas y periodos que vendrán.

Estos espacios educativos, centros, escuelas, colegios, representan sin duda alguna un papel primordial en la educación de nuestros hijos – y aún más los que viven con una discapacidad- por lo que intensificamos estas valoraciones que nos permitirán asegurar realmente su educación preescolar, primaria, secundaria, preparatoria o profesional.

En nuestro caso aumentamos esas valoraciones que consideramos necesarias para asegurar el bienestar de nuestros hijos, su aprendizaje educativo y social, por lo que conceptos como: inclusión, integración, accesibilidad, métodos de enseñanza – aprendizaje, higiene, comunicación, valores, entre otros, resultan primordiales.

Incluso para cualquier alumno estos conceptos representan aspectos que una escuela ideal debiera de tener, pero para un alumno con alguna Necesidad Educativa Especial (NEE) o como ahora es considerado con Barreras para el Aprendizaje y la Participación (BAP) resulta de lo más necesario.

Uno de los principales retos que se presentan es la inclusión, porque de ello se derivarán diversos aspectos para garantizar una atención adecuada. Por poner un ejemplo,  los métodos que pueden ofrecerle a un niño para su aprendizaje, deben estar basados en sus necesidades, que a su vez dependen del tipo de discapacidad que presenta, puede ser visual, auditiva, motriz, o intelectual.

La inclusión representará la forma que la escuela, sus métodos, profesorado y su entorno estarán comprometidos para avalar que el alumno realmente esté teniendo un aprendizaje y desarrollo escolar.

Y sucede constantemente que debido a lo que marca la SEP, los alumnos con discapacidad intelectual constantemente son promovidos año con año, sin tener los conocimientos básicos para cambiar de grado escolar, incluso sin saber leer y escribir.

Estas acciones son justificadas bajo valoraciones que se hacen de distinta forma en los alumnos que presentan una necesidad especial, pero que lejos de ayudarlos y motivarlos, los arrojan a un vacío educativo y les restan el derecho al aprendizaje.

Para los padres de personas con discapacidad intelectual, es conocido y aceptado que su edad cronológica no representa su edad madurativa, por lo que no es significativo que repitan año, el objetivo es asegurar el aprendizaje bajo métodos, programas y adecuaciones curriculares que se los garanticen.

Y es aquí donde el papel que los padres de familia jugamos es esencial, porque la escuela hará su parte, pero nosotros debemos reforzar cada una de los aspectos académicos y de conocimientos que ofrecen a nuestros hijos, así como dotarlos de herramientas donde haya una necesidad mayor.

Cerrar ciclos o niveles escolares, siempre representará la apertura de nuevos retos que debemos asumir con responsabilidad, paciencia y escrutinio, para que seamos capaces de asegurar que nuestros hijos reciban una educación de calidad y efectiva.

Felicidades a todos los niños y jóvenes con discapacidad que están cerrando este ciclo escolar de forma efectiva, porque les ha representado un año de mucho esfuerzo, vivencias y aprendizajes para su vida, que sin duda alguna, nosotros no tenemos la mínima idea.

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