Inicio Columnas El 2018: una carrera anticipada ante un presidente “devaluado”.

El 2018: una carrera anticipada ante un presidente “devaluado”.

Hace unas semanas me encontré con una interesante entrevista que le hizo Carmen Aristegui a Manuel Clouthier. Lo primero que puede pensar es que me parecía increíble la poca cobertura que había tenido como candidato independiente así como su victoria que lo llevó a ser diputado federal  por el distrito V (Culiacán, Sinaloa), mientras que todos conocimos de sobra las historias de El Bronco y Pedro Kumamoto.

El caso es que en entrevista, Clouthier mencionó algo que me pareció revelador. Dijo que se sentía preocupado ya que no recordaba a ningún presidente que, a mitad de su sexenio, estuviera tan “devaluado” como lo está Enrique Peña Nieto. Eso me llevó a pensar que las precipitadas encuestas que revelan las preferencias electorales hacia 2018 representan una clara imagen del fracaso del gobierno en turo y, a su vez, una ventana que nos permite vislumbrar los posibles escenarios políticos para la no tan próxima elección presidencial.

Medios que considero serios, como lo es Proceso, han publicado información referente a reuniones privadas en las que han participado aquellos que pertenecen a la más alta cúpula del poder político mexicano. Asunto: mantener la ocupación del poder ejecutivo ante la tercera posibilidad de AMLO para ocuparlo (según las ya mencionadas encuestas) y un preocupante hartazgo social reflejado en la elección intermedia de 2015. La estrategia: un candidat@ “independiente” de común acuerdo que desbanque al puntero de las encuestas ante la escaza confianza que los mexicanos tenemos depositada en la clase política y los partidos que los representan. Un candidat@ “independiente” acompañado de un discurso oficial (a mitad de sexenio) alertando sobre los peligros que representa “el populismo” y que a mí no puede recordarme más que a la frase “peligro para México”.

Dichos artículos y columnas revelan nombres de los participantes en las mesas de discusión así como nombres de los posibles candidat@s que buscarán participar en la contienda electoral. Me parece que sería igual de anticipado que las encuestas hablar de si esto va a suceder o no pero, como dice un antiguo dicho popular, cuando el río suena es que agua lleva y ante una clase política que cada vez se burla de manera más estrepitosa en nuestras caras, no me sorprendería que se juegue con una de las pocas esperanzas que identifican muchos como lo son las candidaturas independientes.

Recordemos que los medios de comunicación en nuestro país se encuentran secuestrados y puestos a disposición del mejor postor. Recordemos que tenemos un excelente referente de como la televisión construye candidatos, hace campañas electorales exitosas, destruye a la oposición, pero, sobre todo, como literalmente coloca bandas presidenciales.

La legitimidad que gozan las candidaturas independientes se basan en la creencia de que las personas que contienden bajo esa leyenda no se encuentran al servicio del ya conocido poder hegemónico que tan mal nos tiene, representa un aire renovador y una alternativa viable a los cambios tan esperados en la triste realidad de un país que lo tiene todo.

La carrera presidencial con miras en 2018 ha arrancado. Es nuestra responsabilidad informarnos pero sobre todo observar con atención, reflexionar y pensar más allá del discurso oficial. Parece ser que esta ocasión nos encontramos ante una campaña antes de tiempos que tendrá como finalidad el desprestigio de unos y el enaltecimiento de otros y esto no es ninguna novedad.

Aunque realmente quisiera pensar que lo descrito en éste texto es solamente parte de lo que la oposición quiere que pensemos y risiblemente podemos llamar “compló”, mi lógica y sentido común me dicen que los macabros políticos que dirigen nuestro país son capaces de eso y mucho más. Por eso, de momento, no nos queda más que seguir la trayectoria de quienes obtuvieron espacios públicos por la vía independiente así como analizar el nivel de independencia que tienen aquellos que navegan con dicha bandera.

Sin más, como mencione con antelación, solo nos queda armarnos de información y utilizar el pensamiento más crítico así como esperar lo mejor para México en lo que se avecina y se alcanza a distinguir como una vil y mundana carnicería electoral anticipada ante la profunda devaluación de la figura presidencial.

Texto de Tirso Amante

 

 

 

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