Para Marisa, como para muchas Guerreras Buscadoras, este 10 de mayo no hay nada que celebrar, el día de las madres es un día de dolor porque su hijo Gustavo Ángel está desaparecido desde el 2017. Un 30 de junio salió de su casa a la hora de la comida y su plato se quedó esperando como lo hace su familia. Su madre día con día pide a Dios poder encontrarlo, vivo o muerto, lo que busca es terminar con la incertidumbre y el dolor.

Se unió al grupo de las guerreras Buscadoras pues la mueve la fe de encontrar a su hijo, en el camino si puede ayudar a encontrar a otros tesoros, como llaman a sus hijos, lo seguirá haciendo. Dice que el día que sepa donde está su hijo, que ahora tendría 17 años, seguirá ayudando en lo que pueda, mientras buscará hasta el último latido de su corazón.

Ahora, los recuerdos es lo único que Marisa tiene, eso y la esperanza de encontrar a su Gustavo Ángel, aunque no solo el día de las madres duele, la opresión en su corazón es a diario.

Para muchas madres en Sonora, las Guerreras Buscadoras son una esperanza, en redes sociales pueden leerse desgarradores mensajes de mujeres que lloran por sus hijos perdidos y que no buscan responsables, solo quieren saber dónde están sus tesoros.

 

 

 

 

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