Aquel viernes 5 de junio de 2009 de hace 10 años todavía duele. La tragedia que cobró 49 vidasa de inocentes niños y dejó a más de 70 con secuelas quedó marcada en Hermosillo como un recordatorio de las consecuencias de la corrupción, la omisión y la impunidad.

El concepto de justicia como tal, es algo que para algunos padres nunca llegará pero la lucha es permanente porque la vida de un hijo no debe quedar sin una consecuencia. José Francisco García, padre de Andrés Alonso quien murió a los 3 años en el incendio.

 

No hay día que aquellos que perdieron a un hijo no recuerden el trance tan amargo de tener que despedirse de ellos cuando apenas la vida comenzaba. Ofelia Vásquez, comparte su historia para que otros padres presten atención a las condiciones de las estancias donde dejan a sus hijos y que esta tragedia sirva de experiencia para que no vuelva a pasar. Así recuerda la partida de Germán Paul, su hijo de 4 años.

«Yo ya hasta después comprendí que mi hijo estaba moribundo, pero tampoco me lo dijeron, bueno sí me lo dijeron tampoco lo  comprendía, no me podía acercar a él, no me pude, ni lo abracé ni…ya después decía yo ¿porqué no lo abracé, porqué no lo besé? No pude, nada más así de lejecitos le dije «hijo te amo»

Son 49 historias de dolor, más de 70 de lucha constante, miles de páginas en expedientes que no han llevado a nada y gobierno van y gobierno vienen. Además la corrupción que originó la tragedia, tampoco ha desaparecido y en el Seguro Social hubo quienes abusaron y lucraron con esta desgracia. Julia Escalante, madre de Fátima Sofía explica.

«Es una burla, es un golpe nuevo a nuestras familias que después de esta terrible tragedia haya personas que se les ocurra lucrar todavía con la memoria de nuestros hijos, y esas personas deben tener también consecuencias jurídicas»

Así, 10 años han pasado, este miércoles los 49 globos blancos se elevarán una vez más, las consignas por las calles de Hermosillo se escucharán y los pasos de aquellos que año tras año marchan pidiendo justicia recordarán que ellos no debieron morir. Al final de la noche, luego de una larga marcha, el doloroso pase de lista donde cada nombre duele, pero también nos sacude esa conciencia que no debe despertar solo cada 5 de junio sino permanecer atenta todos los días para evitar una tragedia más.

 

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