Quinta Bamuco
Francisco es uno de los últimos clientes de los delincuentes en Quintas del Sol. Hace cuatro días su esposa lo despertó y le dijo «oye te hacen falta pantalones» pero no se refería a un reproche sino a que les habían vaciado el tendedero. Al salir a ver, se dió cuenta que otros vecinos también estaban revisando sus casas y a 6 de ellos les robaron hasta el jabón de la ropa.
Cuando se sube al techo, su sorpresa fue que en el patio de al lado estaba su ropa, el jabón y otros objetos reportados como robados por sus vecinos. Herramientas, tanques de gas, material de construcción. Llamaron a la policía pero el joven inquilino que dormía dentro de su carro se dio cuenta y huyo por la barda de atrás hacia el monte.
Pero el vecino incómodo no es el único que gusta del deporte de saltar bardas y salir corriendo para esquivar a la justicia, hace poco los vecinos de la misma calle lograron atrapar a otro que andaba robando y pensaron que lo tenían asegurado, pero se les peló por la barda hacia el monte. Una vez más.
Cuenta José Manuel, otra víctima en dos ocasiones de robo en su casa que han tenido que hacer el trabajo de la policía y que no es justo, a ellos les pagan por vigilar pero rara vez se aparecen por las calles del lugar.
Están hartos y amenaza también con que la próxima vez que agarren a uno ya no llamarán a la policía.
El enemigo en casa
«Tenemos al enemigo en casa» dice Selene, vecina de Quintas del Sol que está cansada de tantos robos en la cerrada que la constructora CTU les vendió como una zona de plusvalía y de concepto residencial pero que al final fue una sola sección y el resto fueron puras casas de interés social.Gato por liebre dice.
Saben que en los últimos días han sido víctimas de robo en sus casas por el mismo joven de 21 años que vive en la misma colonia que ellos. La Quinta Bamuco.
En la puerta de entrada al fraccionamiento hay una lona colgada de la reja:
«Vecinos vigilantes: Estamos alerta y nos cuidamos entre todos. Nos reservamos el derecho de admisión»
Pero uno de los que les roba entra y sale porque vive donde mismo.
Y a decir de los vecinos, la policía bien gracias. Hace unos meses durante el tiempo electoral la anterior administración les puso vigilancia pero una vez pasada la contienda, nada de nada a pesar de que los robos cesaron pero de nueva cuenta son cosa del día a día. Casas que ya han sido visitadas hasta tres veces por los cacos.
Hogares llenos de vida, hogares llenos de rejas
Este domingo, Lydia y Susana sentadas en el portal de su casa platicaban sobre como en su calle de 20 casas al menos 8 fueron robadas y por ende dañadas en puertas o ventanas y le sacan curas a un vecino que trabaja como policía que también corrió con la misma mala suerte.
Pero el común denominador es la falta de vigilancia de la autoridad y el descontento con la constructora que no les cumplió con la promesa de venta de «Hogares llenos de vida» y al contrario son hogares llenos de rejas y alambre de púas. Una pequeña cárcel pues.
Lydia dice que se tuvo que endeudar para hacer su pequeña fortaleza porque en tres ocasiones también le han robado en su casa y es una chinga salir a trabajar y no saber si al volver estarán sus cosas que ha comprado con tanto esfuerzo. Es la incertidumbre de que ya le vaciaron la casa. Ahora si sale de vacaciones carga con las maletas pero además con pantallas, microondas, documentos y todo lo que considera de valor para dejarlo encargado con algún familiar.
Susana en cambio dice que ni siquiera denunció el robo que sufrió porque no confía en la policía, nada han hecho y el mundo de trámites para levantar una denuncia es perder el tiempo pues de seguro no va a recuperar nada.
El grupo de whatsapp
Así han sido los últimos años para los vecinos de Quintas del Sol que piden a gritos ser atendidos por la autoridad de seguridad en la ciudad y hacen rondas nocturnas entre 5 o 10 vecinos que patrullan las calles y dos más hacen guardia en la puerta pero sienten miedo de que alguna vez pueda derivar en un hecho lamentable al ser enfrentados por delincuentes, al fin y al cabo ellos no saben de técnicas de vigilancia ni defensa y solo se coordinan por un grupo de whatsapp para informar cualquier hecho sospechoso. Viven con la paranoia que no deja estar tranquilo a nadie.
Se vende
Calles más adelante, de vuelta en la Quinta Bamuco la paciencia se acaba más rápido y es cuestión de que sorprendan al vecino que ya tienen identificado para que le den una buena golpiza ante el coraje de que la policía ya fue una vez, le sacaron objetos robados de la casa y no lo detuvieron. Al menos así lo expresan los vecinos. El problema puede terminar mal y entonces si, al que van a defender es al ladrón. Susana encabronada.
Mientras este problema se resuelve, los letreros de Se Vende o Se renta son cada vez más comunes, una vecina que sufrió tres robos optó por dejar la casa para irse a buscar la tranquilidad a otra colonia mientras otra no puede vender su casa por la mala publicidad del fraccionamiento.
Dios bendiga a Hermosillo
Claro que en Hermosillo no es la única colonia con problemas de este tipo, hay otros nombres como Real del Carmen, Tierra Nueva o Villa Colonial por mencionar solo algunas que viven este calvario.
Ya hubo un caso esta semana donde vecinos hartos amarraron a un poste a un presunto delincuente. En uno de esos momentos de «justicia propia» se pueden calentar los ánimos y acabar en un hecho que se lamentará. Ojalá ahora que las intenciones de la nueva administración son de mejorar la ciudad atiendan a estas familias que piden ayuda a gritos.
