Imagina que hay dos países: Estados Unidos y México. Estados Unidos cultiva muchas manzanas, y México cultiva muchas peras. A los niños de Estados Unidos les encantan las peras de México, y a los niños de México les encantan las manzanas de Estados Unidos.
¿Qué pasa cuando compramos cosas de otros países?
A veces, los países quieren proteger las cosas que cultivan en su propio país. Por ejemplo, Estados Unidos quiere que los niños compren más manzanas cultivadas allí, en lugar de peras de México.
¡Aquí entran los aranceles!
Un arancel es como un precio extra que Estados Unidos le pone a las peras que vienen de México. Es como si Estados Unidos dijera: «Si quieres vender tus peras aquí, tienes que pagar un poquito más».
¿Por qué hacen esto los países?
- Proteger a los cultivadores: Estados Unidos quiere que la gente que cultiva manzanas tenga más trabajo, y que no se queden sin vender sus manzanas.
- Hacer que las cosas cuesten más: Al poner un precio extra, las peras se vuelven más caras, y así las manzanas parecen más baratas.
- Ganar dinero: Estados Unidos se queda con el dinero extra que pagan por las peras.
¿Qué pasa después?
- Las peras se vuelven más caras en Estados Unidos.
- Algunos niños de Estados Unidos prefieren comprar manzanas porque son más baratas.
- México podría enojarse y ponerle un precio extra a las manzanas que le vende Estados Unidos.
Un ejemplo sencillo:
Imagina que una pera cuesta 5 pesos en México. Cuando llega a Estados Unidos, le ponen un arancel de 2 pesos. Ahora la pera cuesta 7 pesos. ¡Es más cara!
¿Es bueno o malo?
A veces los aranceles ayudan a los cultivadores de un país, pero otras veces hacen que las cosas sean más caras para todos. ¡Es como un juego de equilibrio!
¡Las peras y el dinero extra!
Imaginen que en México hay muchos granjeros que siembran peras, ¡ricas y jugosas! Esas peras les gustan mucho a los niños de Estados Unidos, y las compran para comerlas.
Pero, ¡ojo! El gobierno de Estados Unidos dice: «Si quieren que entren peras de México, tienen que pagar un dinero extra». ¡Es como un impuesto!
¿Quién se queda ese dinero extra?
Ese dinero extra, los 2 pesos de nuestro ejemplo, se lo queda el gobierno de Estados Unidos. ¡Es como si fuera su alcancía! Ese dinero lo usan para construir cosas para todos, como parques, escuelas o arreglar las calles.
¿Y qué pasa con los granjeros de peras?
Si las peras se vuelven muy caras en Estados Unidos, ¡a los niños de allá ya no les gustarán tanto!
- Menos ventas:
- Los granjeros mexicanos venderán menos peras. ¡Tendrán muchas peras y pocos compradores!
- Buscar otros amigos:
- Los granjeros tendrán que buscar otros países donde sí quieran comprar sus peras.
- Cambiar de fruta:
- Si nadie quiere sus peras, ¡tendrán que sembrar otras frutas o verduras!
- Menos dinero:
- Si venden menos, ganarán menos dinero. ¡Algunos podrían tener que buscar otro trabajo!
Moraleja:
Los aranceles son como un juego: a veces ayudan a unos, pero a veces perjudican a otros. ¡Es importante que los países se pongan de acuerdo para que todos ganen!





