Cuando llega la cuaresma y Semana Santa, además de ser un tiempo de reflexión y convivencia familiar, es también una época en la que los sabores tradicionales cobran un significado especial. Entre ellos, la capirotada destaca como un postre icónico que ha pasado de generación en generación, con cada familia dándole su propio toque especial.
Este delicioso platillo, cuyo origen se remonta a la época colonial, tiene un simbolismo particular: el pan representa el cuerpo de Cristo, la miel su sangre, la canela la cruz y el queso el sudario. Aunque su preparación varía según la región, la esencia sigue siendo la misma: un postre cálido y reconfortante, perfecto para acompañar una tarde de café en compañía de seres queridos.
Receta de Capirotada Tradicional
Ingredientes:
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4 bolillos o pan de días anteriores, en rebanadas
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2 tazas de piloncillo (o azúcar morena)
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2 tazas de agua
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1 raja de canela
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3 clavos de olor
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1/2 taza de pasas
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1/2 taza de nueces picadas
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1/2 taza de cacahuates
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1/2 taza de queso fresco rallado
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1/4 taza de coco rallado (opcional)
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Mantequilla para engrasar el molde
Preparación:
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Preparar la miel: En una olla, calienta el agua con el piloncillo, la canela y los clavos de olor hasta que se disuelva el piloncillo y se forme un jarabe espeso. Cuela y reserva.
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Tostar el pan: En un comal o sartén, dora ligeramente las rebanadas de bolillo hasta que estén crujientes. Esto ayudará a que no se deshagan con la miel.
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Armar la capirotada: Engrasa un molde con mantequilla y coloca una capa de pan. Encima, espolvorea pasas, nueces, cacahuates y queso. Repite las capas hasta terminar con los ingredientes.
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Agregar la miel: Vierte poco a poco el jarabe de piloncillo sobre el pan hasta que quede bien humedecido.
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Hornear: Cubre con papel aluminio y hornea a 180°C durante 20-25 minutos o hasta que todo esté bien integrado.
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Servir: Se disfruta caliente o a temperatura ambiente, sola o acompañada con un buen café o leche.
Cada bocado de capirotada es un viaje al pasado, un lazo con nuestras raíces y una excusa perfecta para compartir en familia. Sin importar la receta o los ingredientes que cada hogar elija, lo más importante es el cariño con el que se prepara. ¡Que disfrutes esta delicia tradicional!