La Inteligencia Artificial (IA) ha pasado de ser una innovación a convertirse en una necesidad en diversos sectores. Según un estudio de la consultora estratégica global McKinsey, su uso se ha duplicado en el último año, impactando industrias como la salud, las finanzas y el comercio. La IA generativa, en particular, ha revolucionado la forma en que interactuamos con la tecnología, permitiendo desde la automatización de tareas hasta la creación de contenido nuevo.
Sin embargo, su avance también genera incertidumbre. ¿Qué pasará con el empleo?Expertos en tecnología, coinciden en que : “No es la IA la que va a reemplazar, sino quien sepa usarla”. Es decir, la clave no está en temerle, sino en adaptarse y aprender a utilizarla estratégicamente. Aquellos que integren la IA en su trabajo tendrán una ventaja competitiva, mientras que quienes la ignoren podrían quedarse atrás.
Pero la transformación digital no solo afecta al mercado laboral. La ciberseguridad se ha convertido en una preocupación creciente, con un aumento del 78% en los ciberataques en México durante 2024. Curiosamente, la IA juega un doble papel en este escenario: por un lado, permite detectar amenazas con mayor precisión; por otro, está siendo utilizada por ciberdelincuentes para realizar ataques más sofisticados. Sin regulaciones adecuadas, los riesgos seguirán en aumento.
A nivel global, ya se están tomando medidas. La Unión Europea aprobó en 2024 una Ley de IA para garantizar su uso ético y seguro, mientras que en México el debate sigue abierto. Regular esta tecnología sin frenar la innovación será uno de los mayores desafíos en los próximos años.
El futuro de la IA dependerá de cómo la adoptemos. Si se utiliza con responsabilidad, puede convertirse en una aliada para potenciar la creatividad, la eficiencia y el desarrollo. Pero si se ignoran sus riesgos, podría representar una amenaza para la seguridad y la privacidad. La decisión está en nuestras manos.