Con agrado y grandes expectativas recibieron vendedores de flores del Panteón Yáñez la noticia de que volverán a realizar su actividad en un área de equipamiento que regresó al patrimonio de los hermosillenses, luego que se revirtiera su venta a particulares durante la anterior administración municipal.
“La verdad esto es muy bueno porque nos había afectado mucho, tanto a nosotros en el espacio para vender como a los mismos clientes porque antes se metían los carros, lo usaban como estacionamiento, mientras que estos días la verdad ha sido más difícil por el tráfico y la gente se desespera”, expuso Aritzaí Valenzuela, con 13 años de comerciar en este camposanto hermosillense.
Explicó que el Día de Muertos, agentes de tránsito cierran las calles aledañas al panteón y eso reduce riesgos para la gente de sufrir un atropellamiento, sin embargo los días previos no se aplica esa medida, por lo que será de mucho beneficio que el terreno junto a la entrada principal vuelva a usarse como antes.
Recordó que al inmueble en cuestión hace alrededor de año y medio le colocaron un cerco y una puerta con cadenas y desde entonces, vendedores y visitantes resultaron afectados.
Para la señora María Alicia Arciniega Partida, vendedora de flores desde hace más de 30 años, volver al solar donde en el pasado se instalaban cada año es una muy buena noticia porque dejarán de estar en peligro con sus puestos en la calle.
“Muchas gracias por estar recuperando los terrenos que son del pueblo y que se vendieron con mala intención”, comentó.
En similares términos se expresó el señor José Luis Medina Flores, también con décadas como comerciante de flores, quien lamentó que el inmueble donde solían instalarse se haya vendido a particulares y celebró que Maloro Acosta se haya dado a la tarea de recuperarlo.
Dijo que estuvo muy mal que se hayan efectuado la venta de este tipo de espacios públicos, a escondidas de los hermosillenses.
Por su parte, la señora Hilda Ruth Fernández, heredera de la tradición de comerciante que empezó con su mamá, doña Soledad, en el panteón Yáñez, relató todos los inconvenientes que vivieron cuando los retiraron del terreno donde tradicionalmente se instalaban cuando lo convirtieron en propiedad privada.
Dijo estar feliz con la noticia de que ese espacio volvió a ser para uso de los hermosillenses así como el área de camellón que también habían vendido a compradores privados.







