A 100 años de la promulgación de la Constitución de 1917, académicos de la Universidad de Sonora criticaron las más de 600 reformas de que ha sido objeto la ley fundamental de México; por supuesto, en detrimento del espíritu y los principios jurídicos que le dieron origen.

Miguel Chon Duarte, académico del Departamento de Derecho, afirmó que la Carta Magna está ya desfigurada en gran medida porque se ha convertido en una especie de catálogo de voces jurídicas, mutilándola en su esencia: “Las constante modificaciones –sostuvo– obviamente la desvirtúa y a la postre deja de cumplir su función suprema de representar todos los derechos y deberes de la sociedad mexicana”.

Hizo referencia a que la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, con más de 300 años de vigencia, sólo ha tenido entre 15 o 20 reformas, mientras que la de México, a través del tiempo y por diferentes circunstancias, ha sido modificada en más de 600 ocasiones.

Luis Alonso Galaz Tapia, jefe del Departamento de Administración, expresó que lo más importante de la Carta Magna es resaltar su cumplimiento y prevalencia del Estado de derecho.

Sin embargo, afirmó que el no cumplimiento de las leyes es el principal problema de México, ya que impera el cáncer de la corrupción, la impunidad y otros males que afectan el desarrollo armonioso de la sociedad mexicana.

Asimismo, Adelina Galindo Romero, jefa del Departamento de Derecho, advirtió que los conceptos fundamentales de la Constitución “no es que estén mal, sino que no se aplican como debería de ser”.

Reconoció que la Constitución mexicana fue la primera en el mundo que proclamó las garantías sociales –en los artículos 27 y 123–, trascendiendo en la historia por ser calificada en 1917 como la más perfecta en el mundo, además de adelantada a su tiempo: “Contiene los cimientos y principios fundamentales como Carta fundamental, los que, como hemos visto a lo largo del tiempo, por distintas circunstancias han sido objeto de muchas modificaciones”, dijo.

Jorge Enrique González López, catedrático de la Licenciatura de Derecho, también criticó el hecho de que con el paso del tiempo nuestra Constitución ha sido fracturada. La serie de cambios, reiteró, le han quitado el sentido por lo que fue creada por los constituyentes del 17. “Por ello, no es halagador el festejar algo que no se ha aplicado debidamente, además de mutilado”, advirtió.

A su vez, Héctor Rodríguez Espinoza, también docente de la misma carrera, señaló que nuestra Constitución cumple, en una encrucijada nacional contemporánea, un centenario de vida normativa e institucional. Además, añadió, es la norma fundamental, fruto del primer movimiento social vanguardista del siglo XX que, pese a todo, sigue siendo de actualidad.

Planteó que no obstante todas sus enmiendas y vicisitudes, es una ley de razón, según los postulados de Baruch Spinoza en su Tratado teológico-político. “Tuvo un origen peculiar y su fundamento en un orden revolucionario y jurídico, rompiendo los esquemas tradicionales de la época en materia de teoría constitucional y de la concepción tradicional de poder constituyente, órgano constituido con base en las normas reformadas del Plan de Guadalupe”, expresó.

Su mejor homenaje, concluyó, es estudiarla cotidiana y críticamente con nuestros discípulos, y exigir y exigirnos su cabal cumplimiento en una cultura de la legalidad democrática para un Estado de derecho.

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