Texto y foto: Edith Cota

La Rambla es un punto de referencia para quien visite Barcelona y también para sus habitantes, un amplio corredor que va de Plaza Cataluña hasta la playa.

Mi anfitriona en esta ciudad me dijo: si vas a cualquier lugar del centro, tu guía será La Rambla, si vas para la playa, Paseo de Gracia o al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, guíate siempre por La Rambla y así lo hice. Llevaba un día en Barcelona y había pasado más tiempo en La Rambla que en cualquier otro lugar, eso pensaba ese jueves al salir de casa, estaba en Barcelona de paso, me tomaría un descanso para continuar mi recorrido hacia Valencia, donde viviré algunos meses.

Ese día llegué a La Rambla por la tarde, ubiqué la calle que me llevaría al MACBA, pero este se encontraba en huelga, así que decidí recorrer las calles aledañas al Museo, buscaba perderme en la ciudad y así conocerla, platicar con sus habitantes y así lo hice, luego caminé y volví a llegar La Rambla, eran como las 4:15 de la tarde, de ese jueves 17 de agosto, una tarde de verano, vacaciones para cientos de turistas que caminaban por ese paseo, deteniéndose en los puestos de souvenirs, de periódicos y revistas, flores y helados, me llamaban la atención los colores de esos helados, pensé en detenerme por uno, pero no, demasiada azúcar, dije. Un ambiente festivo, la gente paseaba contenta.

Mi necedad de estar siempre conectada en el celular me llevó a buscar internet, Wifi, como le dicen acá, fue así que entré a un restaurante de comida rápida y decidí pedir algo de comer y bajé al sótano, casi eran las 5 de la tarde cuando decidí que regresaría a La Rambla para ir al barrio gótico, pero la plática con un amigo me entretuvo en el restaurante, cuando me levanté para irme, se acercó un empleado que nos dije que algo había ocurrido muy cerca de ahí, que habían pedido que no nos dejaran salir y que cerraran las puertas y nos protegieran, luego nos enteramos que había sido un atentado terrorista, alguien había atropellado a varias personas en La Rambla y posiblemente se había ocultado en la tienda departamental frente al restaurante, debíamos quedarnos resguardados y así estuvimos por más de dos horas.

No concebía lo que sucedía, no entendía, cómo había pasado algo así, si minutos antes todo era fiesta y minutos después esas personas eran víctimas de un acto terrorista. Hoy Barcelona y el mundo entero está de luto, hoy sigo sin entender por qué nos hacemos tanto daño.

Tomado con autorización de http://mamborock.mx/

Siempre por La Rambla

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