Hoy en día, no es ningún secreto que la contaminación lumínica en las ciudades y el uso de pantallas móviles, ordenadores o tablets antes de dormir son una de las principales causas de tratornos del sueño, especialmente entre las personas mayores que ya sufren este tipo de problemas. De hecho, «el 40% de las personas mayores de 60 años experimentan insomnio, despertares frecuentes y sueño fragmentado», según un estudio del Servicio de Neurología del Hospital de Navarra. Sin embargo, este no es el único efecto de esta situación tan cotidiana.

Los niveles de melatonina en el organismo también se pueden ver afectados, influyendo así en nuestra salud. Para aquellos que nunca hayan oído hablar de ella, es una hormona que produce nuestro cuerpo de manera natural y que también es conocida como la hormona de la juventud, ya que ayuda a mejorar algunos signos propios de la vejez; o la hormona de la oscuridad, al estar vinculada a la melanina, otra sustancia responsable de la pigmentación de la piel, que se produce con mayor o menor fuerza según la iluminación que incide del exterior.

A medida que pasan los años, esa producción va disminuyendo y este puede ser el motivo por el que los adultos somos más susceptibles a las dificultades para dormir. En este sentido, el consumo de melatonina se utiliza para diferentes fines, pero los más comunes son el insomnio o la conciliación del sueño. Aunque también se puede usar como remedio contra el jet lag después de un largo viaje.

Melatonina

¿Medicamento o suplemento alimenticio?

Este el trastorno del sueño más común que, además, perjudica a la calidad de vida diurna. Según la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS), el insomnio afecta hasta a un 25% de las personas mayores. Además, en función de sus síntomas se pueden desarrollar cuatro tipos diferentes: el retraso en el inicio del sueño, las alteraciones en la continuidad del mismo, el despertar precoz y, por último, el sueño no reparador.

Pero volviendo a la melatonina, las dudas sobre su vinculación a dicho trastorno no dejan de surgir. Multitud de expertos aseguran que su consumo puede aliviar los efectos del insomnio, pero ¿realmente se trata de un medicamento o se considera un suplemento nutricional? En este sentido, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (@AEMPSGOB) considera esta sustancia un medicamento cuando se incorpora en dosis mayores a 2 miligramos. Por lo tanto, por debajo de este valor, se tiene en cuenta como un suplemento alimenticio.

Además, la regulación de esta hormona es bastante contradictoria según el país en el que nos encontremos. En lugares como Estados Unidos o Canadá, la melatonina es considerada únicamente un complemento nutricional, mientras que en Europa sí existe este doble sentido.

¿Objetivo de la melatonina? Vencer el insomnio

Según informa la Organización de Consumidores y Usuarios (@consumidores), en España la melatonina se vende como medicamento desde 2008, pero solo bajo el nombre de Circadin. Para conseguirlo hace falta receta médica y está indicado para el tratamiento del insomnio primario, que se caracteriza por el sueño de mala calidad en personas mayores de 55 años. Eso sí, este producto también se vende en muchos supermercados como suplemento alimenticio, del que se debe consumir únicamente 1 miligramo diario.

Asimismo, sus efectos han sido comprobados. Sin ir más lejos, un estudio de la Universidad de Glasgow confirmó la eficacia de este complemento nutricional analizando su impacto en personas de entre 55 y 85 años, con tasas bajas de este compuesto en su cuerpo. Como resultado, los investigadores observaron una mejora en la calidad del sueño, aunque no fue inmediata. Además, sus niveles aumentaron en los pacientes que siguieron el tratamiento durante más de cuatro semanas.

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