La vocación de servicio que lleva dentro la hizo dejar de lado su carrera de Pedagogía musical, antes dejó a la mitad la Licenciatura en Psicología y ahora es Policía recién graduada del Instituto Superior de Seguridad Pública del Estado. Pertence a la Policía Procesal. Un cuerpo de agentes con mejor preparación y formación mucho más profesional a la altura del nuevo Sistema de Justicia Penal. Consuelo de María Ibarra quiere servirle a la gente y quiere hacerlo bien. No cualquiera se echa ese paquete a cuestas. Madre de 3 hijos, casada y a cargo de un hogar también cuida del ciudadano.
«Me gusta mucho el servicio a la comunidad, es una inquietud que siento, me apasiona, me mueve mucho más servir que una necesidad económica, yo creo que se necesitan elementos por vocación porque el dinero siempre va a hacer falta pero lo que realmente se necesita es una vocación.»
Consuelo toca el piano, el violín y la guitarra, es una mujer preparada y eso le da el criterio para saber que las cosas se hacen diferente, sabe lo que cuesta lograr un objetivo y cuidarlo. Hace poco más de 3 años se dió cuenta que su verdadera vocación estaría en las filas de la Policía Estatal y buscó por todos los medios lograr ese propósito, fue un proceso muy duro pues a lo largo de su preparación en la Academia solo vió a sus hijos los fines de semana y el teléfono era el conducto para estar a cargo de las tareas, las responsabilidades y los asuntos de la casa.
«Tuve mucho el apoyo de mi familia, principalmente de mi esposo porque con 3 hijos no es fácil y sobre todo en tiempos donde hay demasiado machismo pero en mi caso no hubo nada de eso, al contrario siempre me apoyó mientras me preparaba con los niños, las tareas y todo eso. Mi madre se hizo cargo de mi papel en la casa y yo agradezco ese apoyo porque pude cumplir mi deseo de servir a la gente, es algo que me mueve y siento por dentro desde siempre»
Su esposo no tiene nada que ver con la seguridad ni los asuntos de la policía, pero la apoya junto a sus hijos que van de los 8 a los 12 años y están emocionados porque su madre es parte de la nueva Policía Procesal, un trabajo que no es cualquiera y que además tiene el riesgo de que se pone en juego la vida, aunque para Consuelo de María esto es parte del día a día y sabe que actuando bien no tiene porque temer por su vida.
«La verdad una de las cosas que aprendí aquí es que difícilmente perderás la vida, no somos invencibles pero mientras cuides la seguridad de la cual te han hablado aquí y hagas uso de tus cinco sentidos cuidando tu círculo de seguridad no perderás la vida»
Para su padre Jaime Ibarra el orgullo se le nota en los ojos, sentado al final de las sillas en la Ceremonia de Graduación de su hija donde junto a 41 cadetes terminó la capacitación para ser Policía Procesal, mira a su hija mientras da el discurso frente a las autoridades de seguridad de todo el estado. De hecho el Secretario de Seguridad Adolfo García Morales retoma para de su discurso y destaca:
«Estas palabras no se nos deben olvidar, ya que habrá ocasiones en que lo incorrecto es mucho más fácil que lo correcto, pero ningún precio puede pagar lo que vale una conciencia tranquila»
Las palabras de Consuelo de María Ibarra Herrera quedan en la mente de los cadetes recién graduados y para ella no ha sido solo un discurso, son una forma de pensar, una premisa en su trabajo y la manera de dar el ejemplo a sus hijos.
«El dinero siempre va a deslumbrar a muchas personas, pero antes que pensar en calmar el hambre y en calmar una necesidad económica siempre tienes que pensar en la tranquilidad. Y algo muy importante, que trascendencia vas a dejar en tus hijos y en otras generaciones. Yo en lo personal no me gustaría que en un futuro me señalaran con el dedo o se avergonzaran de mí»
La madrugada de este 15 de diciembre Consuelo de María portaba ya su uniforme de la Policía Procesal, lista para empezar junto al Nuevo Sistema de Justicia Penal se reportaba en servicio para cumplir ese sueño de servir, para ser el orgullo de su familia, el ejemplo de sus hijos.
