Tras más de un año de violencia y decenas de miles de víctimas, Israel y Hamás alcanzaron un acuerdo de alto el fuego en Gaza, poniendo fin a un devastador conflicto que dejó profundas secuelas en la región. La tregua, mediada por Egipto y Qatar con el respaldo de Estados Unidos, incluye un intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos, según confirmaron fuentes a Reuters y Axios. El pacto llega en un momento clave, con Oriente Medio al borde del colapso humanitario.

El acuerdo contempla una primera fase de liberación gradual de 33 rehenes, priorizando a mujeres, niños y ancianos, durante un periodo de 42 días de tregua. En paralelo, Israel comenzará a replegar sus tropas hacia una zona de amortiguamiento fronteriza, aunque mantendrá cierta presencia militar hasta completar la liberación de todos los cautivos. Además, se prevé la excarcelación de cientos de prisioneros palestinos, lo que genera tensión interna en el gabinete israelí, especialmente entre los sectores de ultraderecha.

Este pacto, que se da en medio de una creciente presión internacional, podría calmar temporalmente los ánimos en la región. No obstante, líderes de extrema derecha en Israel se oponen a las condiciones del acuerdo, amenazando con romper la coalición gubernamental. Mientras tanto, el impacto de este conflicto seguirá siendo un tema central en la política global, especialmente tras la intervención de figuras clave como Donald Trump y Joe Biden en las negociaciones finales.

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