Al menos 60 víctimas, entre muertos y heridos, causaron los bombardeos de la aviación rusa contra la localidad de Ariha, en el noroeste de Siria, territorio controlado por rebeldes de tendencia islamista.
El presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderahman, confirmó que los ataques ocasionaron importantes destrozos en viviendas civiles de la localidad.
Los primeros reportes indican que cerca de 18 personas perdieron la vida, sin precisar las bajas civiles y de la milicia.
Ariha está en manos de grupos rebeldes de tendencia islamista y del Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda. El Estado Islámico (EI) no se encuentra dentro del perímetro de la zona afectada.